Cientos de miles de franceses respondieron ayer a la sexta convocatoria sindical en lo que va de año para manifestarse contra la reforma de las pensiones, que retrasará en dos años, hasta los 62, la edad legal mínima de jubilación. La policía cifró la asistencia a las marchas en 899.000 personas en todo el país, mientras que los sindicatos aseguraron que hubo 2,9 millones de manifestantes en las principales ciudades de Francia. La última jornada de movilización se produjo el pasado 23 de septiembre junto con una huelga que afectó a los transportes y la enseñanza.

La manifestación más multitudinaria se desarrolló ayer a primera hora de la tarde en París. La primera secretaria del Partido Socialista, Martine Aubry, denunció el autoritarismo del presidente Nicolas Sarkozy: “Estamos en una democracia, no se puede reformar un asunto tan difícil [como las pensiones] sin escuchar a la gente”.

Pese a las seis oleadas de movilizaciones, el Ejecutivo francés ha afirmado que mantendrá el proyecto. “La reforma de las pensiones y los recortes presupuestarios son esenciales para nuestra competitividad”, ha asegurado Sarkozy.

Los sindicatos han convocado una nueva jornada de huelga el próximo día 12.