Ali Bedredine, jugador de fútbol sala al que la Federación Francesa de Fútbol sancionó con 91 años de suspensión por poseer dos licencias con dos equipos distintos, clama que el hecho de que no pueda disputar un partido oficial hasta que cumpla 120 años es “un gran error” administrativo.
El problema, que arrastra hace más de un año, surgió porque este jugador no profesional estaba inscrito en dos clubes distintos que pertenecen a dos instancias diferentes, es decir, a la FFF y a la Unión Nacional de Clubes de Fútbol Sala (UNCF).
“No he hecho nada malo. Represento a Francia y estoy sancionado durante 91 años”, se quejó el jugador en una entrevista publicada en el periódico digital “Chronofut”.
En la misma asegura que es “inaudito” que el volante del Nancy de la primera división francesa, Youssouf Hadji, quien “intentó pegar a un árbitro”, fuera suspendido seis meses y la sanción se redujera a seis partidos tras la apelación, mientras que a él, por jugar en dos ligas distintas con dos equipos, se le suspenda a más de nueve décadas.
“Es como si se impidiera hacer tenis y natación al mismo tiempo”, se queja el jugador, que destaca que ningún texto legal prohíbe inscribirse en las dos ligas que disputaba.
“Suspendido hasta el 31 de diciembre de 2099. Es impensable”, lamenta Bedredine.
“Si quieren privarme del fútbol, que lo digan. No soy profesional y quería jugar todavía uno o dos años máximo y después convertirme en educador”, añadió.
Pero la suerte de Bedredine ha cambiado cuando, tras un año de sanción, su historia ha llegado a los medios de comunicación, que han presionado para que la FFF revise el caso.
La surrealista suspensión, parece, terminará con una declaración oficial de honestidad de Bedredine en la que prometa que no volverá a jugar con dos clubes distintos.
Bedredine envió la carta hace diez días y espera una respuesta federativa que le permita volver a jugar