Las autoridades paquistaníes vinculan los recientes ataques de las fuerzas estadounidenses en la frontera con Afganistán a la alerta sobre un posible atentado terrorista en Europa. El embajador de Pakistán en EE UU, Hussein Haqqani, ha confirmado que los bombardeos están dirigidos a acabar con células radicales que puedan atentar en el continente. “La actividad que vemos en Waziristán del Norte, en términos de ataques y medidas para tratar de alcanzar a la gente de Al-Qaeda y de grupos asociados, está conectada con las amenazas terroristas”, ha declarado Haqqani a la BBC.
La pasada semana, tres soldados paquistaníes murieron en un ataque de helicópteros de las fuerzas de la OTAN en Afganistán. El incidente aumentó la tensión entre Washington e Islamabad y provocó el cierre del paso fronterizo de Khyber, con Afganistán, una de las principales vías para los camiones de abastecimiento de la OTAN.
Según Haqqani, el aumento de las incursiones aliadas en Pakistán -un drone estadounidense causó la muerte de ocho personas el pasado lunes- responde a una ofensiva para evitar posibles ataques en Reino Unido, Alemania y Francia. La información que ha despertado las sospechas proviene, según fuentes citadas por la BBC, de un ciudadano alemán detenido el pasado mes de julio en Afganistán.
EE UU ha alertado esta semana a los turistas que fuesen a viajar a Europa de la amenaza de ataques terroristas, sin precisar, en un principio, qué países corrían riesgo. Japón siguió la recomendación y también previno a sus ciudadanos de que extremaran las precauciones en aeropuertos, estaciones de metro y ferrocarril y otros transportes.
Los países europeos han respondido de forma desigual. Mientras Reino Unido se ha sumado a la advertencia a sus nacionales que piensen viajar a Francia y Alemania, París ha impuesto la alerta roja en todo el país. El ministro de Interior germano, Thomas de Maizière, ha declarado, en cambio, que “no hay motivo para el alarmismo”.
Tensión entre los aliados
Las declaraciones del embajador Hussein Haqqani a la cadena británica, en las que señala la cooperación de la seguridad paquistaní con las agencias de inteligencia europea y estadounidense para prevenir los supuestos ataques, coinciden con un informe de la Casa Blanca que critica los esfuerzos de Pakistán por acabar con los refugios de Al Qaeda dentro de sus fronteras, según el Wall Street Journal.
Pakistán resulta un aliado clave para la ofensiva contra la insurgencia talibán en Afganistán. El incremento de los ataques en su propio suelo ha sido, para el Gobierno del presidente Asif Alí Zardari, la gota que ha colmado el vaso. Las protestas del Ejecutivo y de los habitantes de las regiones afectadas, como el feudo talibán de Waziristán del Norte, han obligado a la OTAN a pedir disculpas por violar la soberanía territorial de Islamabad.