La esposa de Liu Xiaobo, el disidente chino a quien la víspera le fue concedido el Premio Nobel de la Paz 2010, se dirige hoy bajo custodia a la prisión donde el galardonado cumple condena para informarle de la noticia, después de negociar con las autoridades su silencio ante la prensa, han informado fuentes cercanas a la pareja.
La poetisa Liu Xia fue obligada ayer a abandonar su domicilio de forma secreta y bajo una fuerte vigilancia policial plantando al centenar de periodistas que esperaban que saliera de su apartamento para comentar con la prensa la decisión del Instituto Nobel Noruego.
Fuentes disidentes han asegurado que Liu negoció con las autoridades su silencio a cambio de poder visitar hoy a su marido e informarle del premio, ya que se encuentra incomunicado en la cárcel; no obstante, la esposa facilitó declaraciones a algunos medios y envió un comunicado expresando su agradecimiento y pidiendo libertad para Liu.
Según ha informado hoy el periodista disidente Wang Jinbo, Liu Xia ha viajado bajo custodia y acompañada por su hermano a la localidad de Jinzhou, en la vecina provincia de Liaoning y a 480 kilómetros al noreste de la capital china, donde su marido cumple 11 años de condena desde diciembre de 2009 por haber pedido democracia a través de un manifiesto. Wang, que es amigo de la poetisa, señala que la seguridad en los alrededores de la prisión se ha intensificado esta mañana y que las secciones de acceso a la misma han sido bloqueadas.
Los vecinos de Jinzhou aseguran que no han visto demasiados efectivos de seguridad pública, aunque la policía ha detenido a un vehículo con periodistas de Hong Kong que han sido trasladados a comisaría para ser interrogados y a continuación fueron invitados a abandonar la localidad.
Las autoridades detienen desde ayer por la tarde a disidentes e intelectuales chinos cercanos al matrimonio o que rubricaron el manifiesto político liderado por Liu Xiaobo, la Carta 08, según ha dicho el abogado disidente Teng Biao. Entre estos se encuentra el activista Wan Yanhai, bajo arresto domiciliario en Pekín, y miembros del grupo de defensa de los derechos de enfermos de sida y homosexuales Instituto Aizhixing, cuyas oficinas en la capital fueron intervenidas por la policía.
El Gobierno chino reaccionó ayer con un rechazo frontal a la concesión del premio a un “delincuente” y calificó la decisión de “blasfemia”, porque según el régimen autoritario comunista que gobierna China desde 1949 incumple con el espíritu de los Nobel.
Además, la cancillería china llamó a consultas al embajador noruego en Pekín y ha censurado la noticia en los medios de todo el país, cuyas portadas hacen hoy referencia al tipo de cambio del yuan o a la sucesión en Corea del Norte, y sólo los artículos editoriales mencionan el Nobel de la Paz, para condenarlo.