Internacional

Gobierno francés asegura que no habrá concesiones pese a la huelga

Los sindicatos hablan de éxito en una jornada en la que los transportes han sido los más afectados por el séptimo paro general en Francia

Los sindicatos franceses han comenzado hoy una nueva serie de huelgas contra la reforma del sistema de pensiones, poniendo a prueba la determinación del presidente Nicolas Sarkozy. En mitad de la jornada de protesta, el Gobierno ha asegurado que no se van a hacer más concesiones con la impopular iniciativa que, de hecho, continúa su tramitación parlamentaria en el Senado y se acerca a convertirse en ley. Según los primeros datos facilitados por el Ministerio del Interior, la huelga contra la reforma ha movilizado a “500.000 manifestantes”. Los sindicatos se han referido a la jornada como la que más repercusión está teniendo desde el inicio de toda la serie de paros generales.

Los transportes -trenes, aeropuertos y puertos- están notablemente reducidos, tal y como se había previsto, en la séptima jornada de huelgas. El paro de los controladores aéreos ha obligado a las compañías aéreas a reducir en un 50% sus programas de vuelos en el aeropuerto parisino de Orly, y en un 30% en Charles de Gaulle, el gran aeropuerto de la capital francesa, así como en el de Beauvais, utilizado sobre todo por aerolíneas de bajo costo, según datos de la Dirección General de la Aviación Civil.

Esta disminución de varios cientos de conexiones aéreas desde o hasta París afecta al resto de los aeropuertos franceses, que desde primera hora de la mañana tenían una actividad mucho más limitada de lo habitual. La Sociedad Nacional de Ferrocarriles de Francia ha indicado a primera hora de la mañana que, conforme a sus previsiones, se habían anulado uno de cada tres trenes de alta velocidad y de los otros convoyes de largo recorrido, cuatro de cada diez regionales y una proporción similar en los cercanías de la región de París.

Los sindicatos, que protestan por el proyecto de ley gubernamental que eleva de 60 a 62 años la edad mínima de jubilación -y de 65 a 67 la necesaria para cobrar una pensión completa-, habían convocado huelga en los transportes urbanos de 85 ciudades. En París, eso no se traducía esta mañana en el parón total de líneas de metro, pero sí en menos frecuencias de trenes en la mayor parte de esas 14 líneas, y también en menos autobuses y tan apenas trenes en los principales recorridos de cercanías, en particular el que conecta el aeropuerto de Orly, al sur de París, con el de Charles de Gaulle, al norte.

Poco después de las 7.00 en los alrededores de la capital había cerca de 150 kilómetros de retenciones, más que en una jornada habitual. Al margen del transporte, media docena de refinerías, sobre todo en el Mediterráneo y en Lyon, estaban paradas lo que hacía planear el riesgo de escasez de combustible en unos días, como había dejado planear la Confederación General del Trabajo, principal central en el sector petrolero. El Ministerio de Educación ha informado, asimismo, que al menos 300 colegios han sido cerrados de los 4.300 que hay en el país.

La Unión Francesa de las Industrias Petroleras había tratado de desdramatizar afirmando que “no hay riesgo inmediato de escasez” de combustible, aunque en la región de Marsella donde las refinerías están bloqueadas desde la semana pasada la situación es “más tensa”. La UFIP, en cualquier caso, ha advertido de que “si los automovilistas se precipitan a las gasolineras” para llenar sus depósitos aunque no lo necesitan “puede desencadenar una crisis”.

Un total de 244 manifestaciones están organizadas en toda Francia, más que en las anteriores protestas (van cuatro este mes) contra esta reforma, que anoche dio un paso suplementario con la aprobación por el Senado del artículo sobre el paso de la jubilación de 65 a 67 años para los que no han cubierto el periodo que da derecho a una pensión completa (41,5 años).

Las protestas de las últimas semanas han convocado a millones de manifestantes. Mientras el Gobierno cree que estos actos perderán fuerza, los sindicatos esperan que a la convocatoria de este martes se unan más de tres millones de personas, la misma cantidad que, según ellos, participó en otras manifestaciones realizadas este mes de octubre. Dos de las grandes desconocidas de esta movilización son la participación de los estudiantes y la prolongación de los paros, sobre la que los trabajadores de diferentes sectores, como los transportes o las refinerías, se pronunciarán en asambleas generales a partir de esta tarde y mañana por la mañana. Aunque no se espera que las perturbaciones continúen mañana en el tráfico aéreo, es relativamente probable que sí ocurra en los trenes, las refinerías, correos o algunas redes urbanas de transporte.

Agencias