Tanja Nijmeijer, holandesa de 32 años, es quizás uno de los miembros de las rebeldes FARC que más interés suscita, desde que alcanzó su cumbre de manera fulgurante hasta acercarse a su jefe militar, el temido Jorge Briceño, ‘Mono Jojoy’, abatido recientemente por el Ejército.
Se supo de su existencia en septiembre de 2007, unas semanas después de un ataque al campamento donde se encontraba, porque en su apresurada fuga olvidó un diario escrito en holandés, de su puño y letra.
El diario colombiano El Tiempo contó entonces la militancia de esta bella joven de largo cabello castaño y silueta esbelta, y el entonces ministro de la Defensa Juan Manuel Santos usó sus escritos en los que confesaba desilusión sobre la guerrilla, como prueba de lo absurdo de su lucha.
En septiembre de este año, su nombre volvió a hacer titulares tras el anuncio de la muerte en un operativo militar el 22 de septiembre del Mono Jojoy.
“Se está investigando la eventual muerte (de Tanja) porque los servicios de inteligencia dicen que ella estaba en una unidad guerrillera cercana al Mono Jojoy”, declaró entonces a la AFP un portavoz del ministerio de Defensa. Su muerte fue al final descartada, al menos en este operativo.
Pero el ataque al campamento permitió confirmar su importancia.
Según un correo electrónico fechado del 5 de abril de 2010 atribuido al dirigente rebelde Carlos Lozada, y destinado al ‘Mono Jojoy’, Tanja formaría parte de la “comisión internacional” de la guerrilla, una de sus instancias más importantes y una especie de ‘cancillería ambulante’ de la guerrilla.
De ella se acaban de publicar también varias fotografías sin fecha, incautadas en un ordenador encontrado por el ejército en el campamento donde murió el “Mono Jojoy”. Se la ve bailando en la selva con otra mujer, ambas con botas de combate.
Alias “Alexandra” es la única europea conocida en las filas de la guerrilla, al menos en servicio activo, según el vicepresidente colombiano Angelino Garzón.
Tanja Nijmeijer, hija de Hannie y Hans, una pareja católica holandesa que tiene otras dos hijas, no parecía destinada a las selvas de Colombia, “dados su origen europeo, de clase media y con educación”, explica León Valencia, especialista del conflicto y co-autor de su biografía, “Tanja, una holandesa en la guerrilla colombiana”.
Antes de unirse a la guerrilla, realizó varios viajes a Colombia en el marco de sus estudios de filología hispánica, y vivió primero en Pereira (360 km al oeste de Bogotá), dictando clases de inglés.
En noviembre de 2002, Tanja, tras pensarlo mucho, decidió entrar a las FARC y activó contactos que ya había tomado desde Pereira.
¿Por qué? Según declaraciones de su madre a la revista Semana, “su profundo sentido social es parte de la respuesta”.
En sólo unas semanas, su vida cambió cuando alias “Simón” la aceptó en las milicias urbanas de Bogotá y recibió instrucción de manejo de armas y bombas. El 7 de abril de 2003, en un atentado en la capital en el que habría participado, murió un menor y 16 personas resultaron heridas.
En su diario, encontrado en julio de 2007, se discierne “una determinación muy grande de ir al riesgo, de mantenerse al límite”, explica también León Valencia. “No conocía el miedo: quería ir al combate siempre”, añade en una entrevista con AFP.
Pero por sus dotes lingüísticas, “la aprovecharon siempre para labores de traducción, manejo de Internet y correspondencia”. “En este último año, habría dictado clases de marxismo y estaba en labores ideológicas”.
Y esas mismas dotes le permitieron escapar a una sentencia disciplinaria de muerte tras la publicación en la prensa de contenidos de su diario.
El “Mono Jojoy” le informó que “de ese momento en adelante tendría que acostumbrarse a caminar con él por las montañas (…) Miraba a Tanja y le repetía que no debía hacerse ilusiones con una vida fácil en la guerrilla”, cuenta su biografía. AFP
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