Mario Gómez Heredia tiene 63 y cuatro hijos y fue el minero encargado de enviar la carta con las coordenadas de su ubicación por su profesión de marino mercante. Se trata del minero con salud más delicada, le faltan tres dedos de la mano izquierda que perdió en un accidente hace siete años. Tiene silicosis y, aunque podría haberse jubilado anticipadamente, prefirió continuar trabajando.
Al momento del derrumbe Gómez se desempeñaba como uno de los conductores de camión de la mina y días antes del accidente les había dicho a sus familiares que “hasta aquí no más llego, porque esta mina se está poniendo muy peligrosa. Se había dado un plazo de tres meses para buscar una nueva pega”, contó su cuñada María Cortés.
Cuando fue el primer sondaje logró llegar a las profundidades de la mina, Mario Gómez logró adosar al martillo perforador una carta dirigida a su esposa.
Su familia es la más numerosa, según la lista oficial de la intendencia, 46 parientes de Mario Gómez se encuentran registrados para ingresar a la mina.