La cápsula usada en el rescate de 33 trabajadores atrapados en una mina en Chile podría ser el centro de una exposición itinerante por el mundo para compartir el testimonio de la mayor hazaña de supervivencia bajo tierra.
En una entrevista con la televisión estatal, el ministro chileno de Interior, Rodrigo Hinzpeter, dijo que la muestra serviría para ilustrar también con pequeños detalles el extenso encierro que soportaron los operarios.
El largo y estrecho dispositivo del salvamento, que evoca a un cohete espacial, y otros elementos como la ropa, libros y notas se conservarían para la exótica exhibición.
“Entre las cosas que nos han pedido es que podamos hacer una exposición que recorra el mundo, con la cápsula, con un video, pero también con las cosas humanas”, explicó el funcionario.
“La gente quiere conocer donde comían, en qué platos, cómo se organizaron”, agregó, al explicar que luego podría erigirse un museo para conmemorar el accidente.
El funcionario comentó que entre las anécdotas de la convivencia bajo tierra, los mineros tuvieron que medir una brisa interna para determinar la ubicación de un improvisado baño y evitar los malos olores.
“Al principio se equivocaron y lo pusieron al revés y en las noches la pasaban medio mal porque la brisa traía los recuerdos”, dijo Hinzpeter entre risas.
La cápsula Fénix 2, que mide cuatro metros y medio de alto por un estrecho diámetro de unos 65 centímetros, descendió a 622 metros de profundidad en el árido desierto de Atacama para traer de vuelta a los mineros, un proceso que fue seguido por una audiencia multitudinaria en todo el mundo.
Hinzpeter dijo que aún se desconocía si el museo propuesto podría instalarse en el mismo lugar del accidente, ya que dependerá de los procesos legales que se sigue a los propietarios del accidentado yacimiento de oro y cobre. Reuters