Compañías mineras han acrecentado la búsqueda de oro en regiones que antes se consideraban riesgosas como el sur de México y Colombia, y brillan con nuevos proyectos en medio de un repunte en los valores de los metales preciosos.
Los presupuestos de exploración, lo primero que las mineras redujeron durante la crisis financiera, cayeron un 42% del 2008 al 2009, la mayor baja en un año en dos décadas, de acuerdo con la consultora Metals Economics Group (MEG).
Pero el repunte ha sido rápido en países proclives a la minería como México, Chile, Perú y Argentina. La región ganó un 26% de la inversión global en exploración el año pasado, la mayor desde el 2001, dijo el grupo en un reporte.
“Latinoamérica es el punto número uno para que pequeñas empresas mineras exploren. Tienen una larga historia minera (…) y geológicamente es tierra de muchos prospectos”, afirmó Brent Cook, un analista independiente en Estados Unidos.
Los inversionistas se mantienen alejados de Venezuela, donde el presidente Hugo Chávez ha anunciado nacionalizaciones, y de Centroamérica, donde comunidades y grupos ambientalistas se oponen a la explotación de minas.
Eso permite a otras naciones de la región beneficiarse de precios récord del oro, que subieron este mes sobre los US$1,370 por onza, impulsados por una caída del dólar.
“El precio del oro cambió considerablemente la visión de los inversionistas en exploración en México”, dijo a Reuters, Arturo Bonillas, presidente de la canadiense Timmins Gold Corp., que producirá unas 100,000 onzas de oro por año en el norte de México.
La producción de oro de México, un importante productor de plata y cobre, se ha triplicado desde el 2003 a 2 millones de onzas (62.4 toneladas) por año. México tiene 738 proyectos de exploración, y más del 60% es de metales preciosos.
Gran parte del crecimiento será liderado por el proyecto masivo Peñasquito de la canadiense Goldcorp. Incluso el magnate mexicano Carlos Slim, el hombre más rico del mundo, se ha contagiado del entusiasmo haciendo crecer la minería en su conglomerado Carso.
Menor riesgo
El dinero está llegando a sitios que antes se consideraban demasiado riesgosos, incluyendo estados pobres del sur de México y Colombia, que se recupera de décadas de conflictos guerrilleros y violencia del narcotráfico.
“Chiapas y Oaxaca (en el sur de México) han estado históricamente minimizados por la comunidad exploradora”, dijo el experto en minería Peter Megaw.
Ahora, algunas pequeñas empresas de exploración han encontrado oro ahí y otras firmas han tomando nota, agregó.
La inversión continúa, con la expectativa de que el gasto en exploración en México crecerá a entre US$1,200 y US$1,500 millones en los próximos tres años pese a preocupaciones sobre la creciente violencia del narcotráfico en el país.
Algunas firmas de exploración han abandonado zonas peligrosas donde operan los cárteles de la droga.
En Colombia, depósitos de oro poco explotados están atrayendo a mineras luego de que los temores en torno a la seguridad disminuyeron durante el gobierno del ex presidente Alvaro Uribe.
Antes de 1937, cuando iniciaron décadas de conflictos, Colombia era el mayor productor de oro de Sudamérica. “El clima de negocios y la seguridad están mejorando cada día”, dijo Michael Johnson, presidente de Calvista Gold Corp, cuyas acciones cotizarán en la bolsa de Toronto.
Calvista tiene un avanzado proyecto de exploración en 160 hectáreas en el noreste de Colombia, una región donde las canadienses Greystar Resources, Ventana Gold y Galway Resources Ltd ya tienen fuerte presencia.
El regulador de minería de Colombia, Ingeominas, ha otorgado más de 1,600 licencias de exploración de oro desde el 2004.
Unas 60 empresas grandes y pequeñas buscan oro y otros metales preciosos en montañas cubiertas de jungla. Las empresas pequeñas invierten cerca de US$200 millones cada año.
Excluyendo exploración, la industria de oro colombiana podría atraer inversiones por US$4,000 millones de en los próximos 10 años mientras las firmas desarrollan minas, como aseguró Arturo Quirós, director de la asociación nacional de minería.
Argentina y Perú también cosechan los beneficios del auge del oro. La cámara minera argentina prevé que la producción del metal crecerá un 21 por ciento este año frente al 2009, a más de 2 millones de onzas.
Los perdedores serán probablemente Venezuela y Bolivia, conocidos por la nacionalización de activos privados. Venezuela posee ricos yacimientos de oro pero la única gran minera privada que opera en el país es la ruso-canadiense Rusoro.
Según cifras oficiales, mineras formales producen unas 192,000 onzas de oro (6 toneladas) anuales en Venezuela, mientras el sector informal genera el doble.
“No creo que consideraríamos operar en Venezuela por el riesgo político”, dijo Tim Haldane, directivo de la canadiense Agnico-Eagle, que opera la mina Pinos Altos en México.
REUTERS