Las autoridades de Indonesia se esforzaban este viernes por llevar ayuda a una remota cadena de islas donde un tsunami mató a más de 400 personas, mientras los cadáveres yacían en las playas o seguían sepultados bajo los escombros varios días después del maremoto.
Los socorristas piensan que el balance definitivo de la gigantesca ola que azotó el lunes pasado a las islas Mentawai, en la costa occidental de Sumatra, podría superar las 600 personas, pues muchas de las víctimas fueron arrastradas por el océano.
Unas 13.000 personas están viviendo en campamentos improvisados en las islas después de que sus hogares fueron arrasados por el tsunami, desencadenado por un seísmo de magnitud 7,7.
A unos 1.000 kilómetros de distancia en este archipiélago, donde frecuentemente se producen desastres naturales, el volcán más activo del país, el Monte Merapi, lanzaba lava y cenizas, amenazando a los habitantes que regresaron a sus hogares después de una erupción que el martes pasado mató a 34 personas.
Unas 50.000 personas escaparon a refugios temporales, pero muchas vuelven durante el día a sus campos en la ladera del volcán, a pesar de la amenaza de otra mortífera erupción.
En las islas Mentawai, un destino legendario para extranjeros adeptos al surf pero que es una región pobre y olvidada de Indonesia, se encontraron cadáveres enterrados en las playas e incluso sobre los árboles.
El último balance oficial es de 408 muertos, a los cuales se agregan 303 desaparecidos.
“Cuando sobrevolamos la zona ayer (miércoles) vimos muchos cuerpos. Las cabezas y las piernas salían de la arena, algunos de ellos estaban en los árboles”, dijo un responsable de los socorros, Ade Edward, el jueves.
Inicialmente, Indonesia rechazó las ofertas de ayuda foránea, pero Australia anunció que Yakarta había aceptado asistencia para ambos desastres por aproximadamente un millón de dólares norteamericanos.
La Comisión Europea destinó 1,5 millones de euros para la asistencia, y el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, dijo que las Naciones Unidas están dispuestas a ayudar en lo que sea necesario.
Estados Unidos y varios países asiáticos también ofrecieron ayuda.
El mal tiempo ha obstaculizado los esfuerzos para enviar carpas, medicamentos, alimentos y agua potable a las islas por barco desde el cercano puerto de Padang, que está a más de medio día de viaje cuando las condiciones climáticas son buenas.
Se enviaron barcos de guerra y tropas a la región, pero se requieren más helicópteros y botes para transportar la ayuda a las comunidades más aisladas.
“Nuestros equipos esperan en Padang desde la noche del lunes para llegar a la zona más remota. Todavía están en Padang”, dijo el director de respuesta urgente World Vision, Jimmy Nadapdap.
Dave Jenkins, de la agencia sanitaria independiente Surfaid Internacional, cuya sede se encuentra en las islas Mentawai, dijo que “se prevé mal tiempo y una situación extremadamente difícil se ha agravado”.
Las autoridades no han respondido por qué un costoso sistema de alerta, instaurado después del tsunami asiático que en 2004 mató a casi 170.000 personas en Sumatra y las islas cercanas, no advirtió que se produciría una catástrofe a los habitantes de las islas Mentawai.
Los supervivientes dijeron que la única advertencia que recibieron fue el “rugido” de la gigantesca ola cuando se acercaba a ellos poco antes de las 22H00, aunque una alerta oficial de tsunami había sido lanzada en Yakarta. AFP