El gobierno colombiano se declaró “indignado”, este miércoles, por el caso de violación y posterior asesinato de los menores perpetrado por militares, y exigió al Ejército que presente disculpas públicas a la sociedad.

“La violación de dos niñas y el posterior asesinato miserable de una de ellas, junto con sus hermanitos, es un delito de lesa humanidad que produce indignación y vergüenza a la sociedad colombiana”, dijo el vicepresidente Angelino Garzón.

“Las investigaciones que se adelantan contra los militares comprometidos en estos casos y la decisión de retirarlos de la institución son un ejemplo de nuestra política porque no vamos a permitir en el Gobierno servidores públicos que se vean involucrados en la violación de derechos humanos”, enfatizó.

Garzón demandó del Ejército “que pida perdón a la sociedad colombiana, a las Fuerzas Militares, al padre de los menores y ante todo a los niños y las niñas del país porque, dijo, es un hecho cruel e inhumano que uno jamás pensaría que un servidor público pudiera cometer y que el sólo pensarlo produce horror”.

Las declaraciones del vicepresidente se produjeron luego de que el general Alejandro Navas, comandante del Ejército, revelara que el subteniente Raúl Muñoz reconoció haber sostenido relaciones sexuales con dos menores de edad, incluida una de las víctimas mortales.

Por el caso, ocurrido el pasado 14 de octubre en el municipio de Tame, Arauca, el Ejército colombiano destituyó el martes a siete militares, entre ellos cuatro oficiales, y puso a disposición de las autoridades a Muñoz.

Entre los oficiales y suboficiales retirados del servicio se encuentran, además, los coroneles Germán Belalcázar y James Pineda, el mayor James Granada, el teniente Raúl Muñoz y el sargento Luis Torrijos.
Las víctimas del crimen fueron dos niños de 6 y 9 años y una niña de 14 años, que también fue violada.

Según habitantes de la zona y el padre de los niños, éstos desaparecieron de su vivienda y sus cuerpos sin vida fueron encontrados un día después por campesinos, en una fosa común cerca del lugar donde residían.

Las primeras investigaciones de la Fiscalía confirmaron indicios de que algunos militares que se encontraban en la zona podrían haber sido los autores del crimen.

AFP