La cantidad de muertos por cólera en Haití subió a 724 este jueves, con 11.000 hospitalizados, mientras se confirmaba la presencia de la epidemia en Puerto Príncipe, tal como temían las autoridades sanitarias.
El nuevo balance difundido el jueves por el ministerio haitiano de la Salud confirmaba las tendencias de los últimos días, con 81 muertes más que el miércoles.
El número de enfermos quedó en 11.125, un millar más que las cifras divulgadas el miércoles, anunció el ministerio haitiano de Salud.
Según las estadísticas disponibles en el sitio web del ministerio de Salud, más de dos tercios de los muertos censados (497) fueron registrados en el departamento de Artibonite (norte), principal foco de la epidemia que comenzó el mes pasado.
Sin embargo, la inquietud crece sobre todo en Puerto Príncipe, una capital superpoblada donde centenares de miles de haitianos duermen en campamentos desde el sismo del 12 de enero, que dejó más de 250.000 muertos y 1,5 millones de desplazados.
El balance de muertos en la capital aumentó a 4 el jueves. El miércoles se había registrado uno.
Las pésimas condiciones de higiene en los campos donde duermen hacinadas familias enteras con niños pequeños hace temer un avance rápido de la epidemia, calificada de asunto de “seguridad nacional” por el director general del ministerio de Salud, Gabriel Thimoté.
Centenas de personas están hospitalizadas en centros de tratamiento de cólera (CTC) en Puerto Príncipe.
“Recibimos numerosos enfermos estos últimos días en el hospital público de la capital, si esto continúa a este ritmo estaremos desbordados rápidamente”, dijo el doctor Yves Yves Lambert, jefe de enfermedades infecciosas del hospital, a la AFP.
En Cité Soleil, el barrio más pobre de la ciudad, donde viven 300.000 personas, “alcanzamos a manejar la situación”, declaró por su parte Bruno Poppe, del equipo francés de Médicos Sin Fronteras (MSF).
Poppe dijo que no había pánico en el barrio y que las ONG estaban sensibilizando a la población.
En otros barrios de la capital, MSF y otras ONG toman a su cargo a los enfermos que llegan por docenas todos los días, así como los que afluyen al hospital universitario de Puerto Príncipe.
“Pusimos en marcha un centro de selección de enfermos con el fin de conducir los casos de diarrea severa a un espacio especial que hemos establecido esta semana, pero que ha sido desbordado rápidamente”, precisó Lambert.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS), dependiente de la OMS, ya había manifestado inquietud por la evolución de la enfermedad en una capital devastada y bajo paupérrimas condiciones sanitarias.
“Puerto Príncipe es una inmensa chabola donde las condiciones son muy malas en materia de instalaciones sanitarias y de agua”, señaló Jon K. Andrus, subdirector de la OPS. “Son las condiciones óptimas para una propagación rápida del cólera”, y “debemos estar preparados”, explicó.
El suelo anegado en varios sectores de los campos de refugiados, tras el reciente paso del huracán Tomas que provocó 21 muertos en el país, acrecienta la amenaza de una rápida expansión de la enfermedad, que se contrae al ingerir agua o alimentos contaminados con la bacteria Vibrio cholerae.
La enfermedad se disemina rápidamente en áreas con tratamientos inadecuados de agua potable y aguas residuales. EFE