La opositora birmana Aung San Suu Kyi, liberada el sábado tras siete años de arresto domiciliario, no fue sometida a ninguna condición por parte de la junta militar y es completamente libre, declaró un responsable birmano que pidió el anonimato.
“Es completamente libre, no hay absolutamente ninguna condición”, afirmó este responsable, después de que algunos países occidentales advirtiesen al régimen militar birmano contra la idea de imponer restricciones a los movimientos de la premio Nobel de la Paz.
La televisión birmana afirmó por su parte que Aung San Suu Kyi fue puesta en libertad por buena conducta.
“Aung San Suu Kyi se comportó bien”, consideró la televisión agregando que la opositora “obtuvo una amnistía por la totalidad de su pena”.
Dura sentencia
En mayo de 2009, cuando la premio Nobel de la Paz podía esperar ser liberada, un estadounidense se introdujo a nado en el domicilio de la opositora, situado a orillas de un lago.
Esta intrusión le valió ser condenada en agosto a tres años de prisión y trabajos forzados por violación de las reglas de seguridad que le imponía la junta militar.
La pena fue permutada el mismo día por 18 meses de arresto domiciliario.
Celebran liberación
Ganadores del premio Nobel celebraron la libertad de la líder prodemocrática Aung San Suu Kyi, quien fue liberada el sábado de su arresto domiciliario por la junta militar de Mianmar.
Los ex ganadores del Nobel de la Paz, reunidos en Hiroshima, Japón, para una reunión de tres días en la cual harían un exhorto para acabar con las armas nucleares, se enteraron de la liberación de Suu Kyi mientras viajaban en un crucero. Suu Kyi recibió el premio en 1991.
El ex presidente sudafricano, Frederik Willem de Klerk, y el gobernador de Hiroshima, Hidehiko Yuzaki, hicieron un brindis conjunto en su honor.
Esperan que sea duradero
“Espero sinceramente que ella asista cuando tengamos la conferencia el próximo año”, dijo De Klerk, quien ganó el Nobel de la Paz con Nelson Mandela en 1993 por sus esfuerzos para acabar con el apartheid.
“Por años hemos pedido (…) su liberación”, dijo. “Esperamos que sea duradera y que no haya ninguna clase de retroceso”.
Shirin Ebadi, una de las primeras mujeres jueces de Irán y ganadora del Nobel de la Paz en 2003, reaccionó con un simple “bravo”.
“Es una victoria sobre un atropello”, dijo. “Como en el pasado, espero que pueda actuar por la democracia”.
Resurgen esperanzas
El líder religioso sudafricano Desmond Tutu, ganador del Nobel de la Paz en 1984, divulgó el sábado un comunicado a través del grupo de líderes globales de The Elders (Los Ancianos).
“La liberación de Aung San Suu Kyi brinda esperanzas al pueblo de Birmania, que enfrenta incertidumbre luego de sus elecciones”, dijo Tutu, quien preside el grupo. “Ella es un símbolo global de valor moral y le deseamos fuerza y salud en su transición luego de un largo periodo en arresto domiciliario”.
El presidente Barack Obama, quien ganó el Nobel de la Paz el año pasado, dijo que Suu Kyi era una de sus heroínas.
En un comunicado emitido desde Yokohama, Japón, donde participa en una cumbre de la Cuenca del Pacífico, Obama dijo que Suu Kyi era “fuente de inspiración para todos los que trabajan para el progreso de los derechos humanos en Birmania y el resto del mundo”.
Se espera más
La liberación de la opositora Aung San Suu Kyi, que pasó cautiva 15 de los últimos 21 años, provocó alivio en la comunidad internacional, que espera este no sea más que un primer paso hacia un cambio en Birmania y la liberación de otros prisioneros políticos.
Para los defensores de los derechos humanos esta liberación es una estratagema de la junta militar birmana para hacer bajar la presión internacional.
Su liberación es “por supuesto bienvenida, pero no hace más que marcar el fin de una condena injusta”, “pronunciada ilegalmente”, y “no representa en ningún caso una concesión de parte de las autoridades”, observó en Londres la organización de defensa de los derechos humanos Amnistía Internacional.
Plan “cínico”
Para Elaine Pearson, responsable de la asociación Human Rights Watch (HRW), “su liberación es una estratagema profundamente cínica del gobierno militar para desviar la atención de la comunidad internacional de las ilegítimas elecciones”.
La junta militar en el poder desde hace medio siglo en Birmania, organizó elecciones el domingo pasado, las primeras desde hace 20 años. Los militares reivindican 80% de los escaños aún antes de conocerse los resultados oficiales.
“Estoy muy aliviado”, reaccionó el secretario general de la Asociación de naciones del Sudeste asiático (ASEAN), el tailandés Surin Pitsuswan, desde Yokohama (Japón) donde participa en el foro económico Asia-Pacífico (APEC). AP