Cientos de partidarios de la activista y premio Nobel de la Paz birmana Aung San Suu Kyi aguardan hoy a las puertas de su domicilio en Rangún el fin de su arresto domiciliario, al que se ha visto sometida de forma interrumpida durante 15 de los últimos 21 años.
Suu Kyi, cuya condena concluye oficialmente a las 18.00 horas –las 12 en España–, aceptará su liberación siempre y cuando goce del permiso para regresar a la vida política.
Por un lado, la Junta Militar del general Than Shwe teme que lo primero que haga la activista sea criticar contundentemente las fraudulentas elecciones de la semana pasada en el país asiático.
“El régimen está preocupado por las enormes consecuencias de cualquier acción que la Dama Suu pueda tomar en relación al masivo fraude electoral y a las recientes tensiones étnicas en la frontera con Tailandia”, declaró al diario de exiliados birmanos ‘Irrawaddy News’ un alto responsable del partido de la activista, la Liga Nacional para la Democracia (NLD).
No obstante, otros integrantes de la Junta creen que de prolongarse la puesta en libertad de la activista más allá de esta tarde, no sólo se trataría de una ilegalidad sino que se estaría desperdiciando una oportunidad de mejorar la imagen del país tras los comicios.
Según informaron fuentes del partido, unas mil personas –entre ellas diplomáticos extranjeros– se encuentran frente al domicilio de la activista, todavía rodeado por barricadas policiales y agentes de paisano, esperando su puesta en libertad.
De momento no hay ningún plazo confirmado al margen de la hora a la que concluye la condena. Europa Press