Por primera vez los capitalinos podrán patinar en el hielo en uno de los lugares históricos de la capital, la Plaza de Bolívar, gracias a la iniciativa de la Alcaldía Mayor de Bogotá y de la multinacional Nestlé.

El área de la pista es de 2.000 metros cuadrados de superficie de hielo real y “es la primera vez que se hace una actividad de estas al aire libre. Ningún país del trópico ha hecho esto”, dice Iván Darío Rodríguez, funcionario de Diversión Center S.A., empresa encargada del montaje.

A su lado ya está instalado un gran árbol navideño y ya se iluminaron las fachadas del Congreso, la Catedral y el Palacio de Liévano.

La pista estará abierta al público desde el 20 de noviembre hasta el 19 de enero del 2011. Al lugar se podrá acceder de 10 de la mañana a 7 de la noche.

Unas 500 personas podrán disfrutar de la pista simultáneamente, en turnos de 40 minutos. Habrá 6.500 pares de patines disponibles y una gradería con capacidad para 2.000 personas.

Las personas que lleguen a la Plaza de Bolívar y quieran ingresar a la pista tendrán que tener una boleta que podrán adquirir reuniendo cinco empaques o etiquetas de productos Nestlé. Existen 25 puntos de canje en la ciudad para reclamar las boletas.

Cerca de la pista se adaptó una carpa de 300 metros, en donde se entregarán los cascos y los patines para ingresar a la pista durante 40 minutos. Para quienes solo quieran mirar, se construyeron unas graderías, en donde hay cupo para 2.000 personas, que no tendrán que presentar boleta.

Los patinadores encontraran en la pista varios instructores que ayudaran a los más novatos. La edad mínima para ingresar es de cinco años.

La construcción de la pista se empezó desde el primero de noviembre e inicialmente se levantaron las gradas.

Para crear la pista de hielo, que tiene un grosor de entre 10 y 12 centímetros, se tuvo que armar una tarima de 2.000 metros cuadrados, porque la Plaza de Bolívar tiene un desnivel. “Son dos metros de altura la diferencia entre la Séptima y la Octava”, aseguró Rodríguez. Y añadió que si no se hubiera hecho la tarima, los patinadores simplemente se rodarían siempre hacia la carrera Octava.

El hielo se mantiene a través de unos chillers, que son unidades enfriadoras de líquidos. Con estos se ‘hace’ el hielo.

“En la parte inferior de la pista hay unas tuberías que llevan un químico anticongelante combinado con el agua, que permite mantener la pista de hielo a pesar de la temperatura ambiente que haya. Entre cada tubo hay una distancia de dos centímetros”, señaló el funcionario.

El escenario cuenta con unos extractores de calor del hielo, según explica Rodríguez, y en microsegundos dejan la pista en la temperatura ideal. Hay otro componente que ejerce como sellante alrededor de la pista, que se colorea de blanco para que se vea más imponente.

Durante el tiempo en que se encuentre en operación, se tendrá un carrito (zambony) que pule la superficie de la pista para recuperarla luego de la acción de los patinadores. Todas las noches, cuando se cierre la pista, también se efectuará este mismo proceso.