Cerca de un millón de bogotanos que habitan alrededor de las quebradas La Chiguaza, Santa Librada, Yomasa y el Río Tunjuelo en las localidades de Usme, Kennedy y Bosa se ven afectadas diariamente por malos olores, proliferación de roedores, insectos y bacterias que se convierten en foco de enfermedades para niñas y niños y personas de la tercera edad.
Desafortunadamente también deben soportar la extracción de materiales del subsuelo, el relleno de zonas de inundación y la ocupación de sus humedales para incorporarlos al mercado del suelo.
Para actuar frente a esa realidad siete Universidades, lideradas por la Universidad de La Salle y la Secretaria Distrital de Ambiente se han unido para trabar de la mano del GIRSA -Grupo de Investigación de Responsabilidad Social Ambiental –, que concentra sus esfuerzos en motivar a las industrias ubicadas alrededor de los ríos de Cundinamarca a tomar conciencia sobre los graves problemas de salud ambiental que originan los desperdicios de alimentos y materias orgánicas en las basuras.
“Es realmente necesario desarrollar conciencia en los empresarios es un tema vital para garantizar la salud de la especie humana, a la vez investigamos los graves efectos que producen estos niveles de contaminación porque solamente cuando uno le explica con ejemplos y argumentos a la población todos los procesos tóxicos que se generan logra que le den al tema la importancia que merece”, asegura Guillermo Ávila, Docente de la Facultad de Ciencias Administrativas y Contables de la Universidad de la Salle y Docente Líder del GIRSA.