La filtración de cables diplomáticos obtenidos por WikiLeaks ha dañado las relaciones exteriores de EE.UU., al cambiar la forma de actuar de individuos y Gobiernos y aportar información a sus enemigos, reconocieron hoy el Pentágono y el Departamento de Estado.
“Tenemos la sensación de que hay cosas que han dado marcha atrás debido a esta información”, dijo el portavoz del Pentágono, el coronel Dave Lapan, en una sesión de preguntas con algunos medios, entre ellos la CNN.
El Pentágono ha recibido “indicaciones” de que existe “al menos algún cambio en la forma en la que los individuos y los Gobiernos cooperan y comparten información” con ella, precisó Lapan.
Ese cambio se ha concretado, por ejemplo, en la presencia de “menos diplomáticos en reuniones que solían convocar a muchos más”, según explicó en su conferencia de prensa diaria el portavoz del Departamento de Estado, P.J. Crowley.
“Somos conscientes de al menos una reunión en la que se exigió que todos los blocs de notas quedaran fuera de la sala”, dijo Crowley.
Por su parte, Lapan consideró que los más de 250.000 cables diplomáticos que WikiLeaks comenzó a publicar el pasado 28 de noviembre suponen además una mina para quienes buscan dañar a Estados Unidos.
“Sabemos, a través de varias fuentes, que nuestros adversarios están hurgando en esto (las filtraciones) para conseguir información”, aseguró Lapan, para quien sin embargo es “difícil cuantificar la forma exacta” en la que esos enemigos “están cambiando sus tácticas”.
Esa dificultad de cuantificar los daños que las filtraciones tendrán en los mecanismos de las relaciones exteriores de Estados Unidos entraña, para Lapan, un riesgo bastante superior al “modesto” peligro que pronosticó la semana pasada el secretario de Defensa, Robert Gates.
“¿Cómo podemos cuantificar la información que han obtenido nuestros enemigos y que les ha enseñado cosas sobre cómo funcionamos (…), que les ha hecho alterar su comportamiento a raíz de lo que se han enterado?”, se preguntó el coronel.
“Todos esos son peligros reales que creemos que han ocurrido”, añadió.
Tanto Lapan como Crowley evitaron hacer comentarios sobre el arresto en Londres del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, y sobre la posibilidad de que sea extraditado a Suecia o, en el caso en que se presenten cargos, juzgado en Estados Unidos.
“Estados Unidos no está involucrado en este asunto”, aseguró Crowley, quien añadió que los únicos implicados son “el Reino Unido y Suecia”, país cuya fiscalía emitió la orden de captura a Assange en relación con sus supuestos delitos de agresión sexual.
EFE