El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, sobrevivió con un estrecho margen a una moción de censura en el Parlamento que ha dejado a su coalición de centroderecha aferrada al poder por un puñado de votos.
Este resultado reforzó la reputación de Berlusconi como uno de los grandes sobrevivientes de la política italiana, pero lo deja debilitado, sin los suficientes diputados en el Parlamento para asegurar la estabilidad en tiempos de grandes desafíos económicos y una crisis de deuda amenazante en la zona euro.
La supervivencia de Berlusconi quedó asegurada por 314 votos frente a 311 en la Cámara baja del Parlamento, después de un debate enconado que fue brevemente interrumpido por una riña entre los diputados de facciones rivales.
Pier Luigi Bersani, líder del opositor Partido Democrático, dijo que «esto no cambia nada, el Gobierno no puede hacer nada. La crisis política se ha vuelto más dramática con este resultado».
La policía antidisturbios bloqueó el centro de Roma y se enfrentó con manifestantes que lanzaron petardos y bombas de pintura contra el Senado y el Ministerio de Economía.
Después de un año eclipsado por escándalos sexuales y de corrupción y una agria disputa con su ex aliado Gianfranco Fini que le costó una mayoría parlamentaria segura, el resultado fue al menos un salvavidas temporal para el primer ministro de 74 años.
Berlusconi ha desafiado repetidamente a los escépticos, sobreponiéndose a una serie de deslices y escándalos para ganar tres elecciones y transformar el panorama político de Italia desde que obtuvo el poder por primera vez en 1994, aunque ha polarizado a los italianos.
Miles de estudiantes, trabajadores y otros opositores al Gobierno celebraban protestas en todo el país el martes.
Si Berlusconi hubiera perdido en la Cámara baja después de obtener una clara victoria en el Senado previamente, tendría que haber dimitido, abriendo potencialmente el camino a unas elecciones anticipadas dos años antes de la fecha prevista para su celebración en el 2013.
El resultado se aseguró después de una intensa campaña de acuerdos a puertas cerradas, en los que las acusaciones de la oposición de compra de votos y corrupción han sido respondidas con feroces negativas y acusaciones de traición. Reuters