“Luego de meditarlo mucho, he tomado la dolorosa decisión de retirarme del Polo Democrático Alternativo, partido del que fui su candidata a la Vicepresidencia de la República por honrosa e inmerecida designación que me hiciera en el 2.006 el querido maestro Carlos Gaviria Díaz.

“Acompañarlo en esa intensa tarea, en virtud de la cual recorrimos el país, escuchamos a su gente, conocimos de cerca la profunda desigualdad que existe en Colombia y logramos, con el Polo Democrático monolíticamente unido, conquistar 2.600.000 votos y obtener la segunda votación del país, constituyó para mi una experiencia inolvidable y enriquecedora.

“Fue muy emocionante percibir cómo, el Polo Democrático Alternativo, se haba convertido para los pobres de Colombia en una luz de esperanza.

“Esos eran otros tiempos, querida Clarita: entonces, además de los dirigentes que hoy permanecen en el partido, el Polo contaba con líderes de gran capacidad y arraigo popular como el ex alcalde Lucho Garzón, el ex candidato Gustavo Petro y el gobernador de Nariño, Antonio Navarro, y con la cercana de compañeros tan apreciados como el entonces gobernador del Valle, hoy Vicepresidente de la República, Angelino Garzón, y con la del actual alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina.

“Además, en esa poca haba en el Polo un aire de apertura que permitió que a sus filas llegaran personas de origen liberal, progresistas y de mente abierta, como la ex canciller María Emma Meja, y que, otras como yo, periodista independiente, pero siempre preocupada por el bienestar de los pobres, rebelada, por principio, contra toda desigualdad, injusticia y arbitrariedad, y amiga, desde hace muchos años, de dirigentes como Antonio Navarro, se sintieran cómodas dentro del Partido.

“Es más, hoy, cuando con esta carta renuncio al Polo, vale la pena recordar cómo me acerqué entonces al maestro Gaviria, a quien en virtud de mi profesión, conocía desde cuando l presida la Corte Constitucional: apenas el maestro derrotó a Navarro en la consulta interna del Polo (2.006) y resultó elegido candidato presidencial del partido, le dejó un mensaje en el que le decía que yo no lo haba apoyado antes porque estaba en un conflicto de lealtades pero que, con su candidatura definida por el resultado de la consulta, ya me sentía libre para hacerlo, como también lo hizo, con lealtad y dedicación ejemplares, su anterior rival, Antonio Navarro, quien como Secretario General del partido no ahorró esfuerzo para que, en efecto, se expresaran en las urnas esos 2.600.000 colombianos enamorados de las tesis de Carlos Gaviria.

“Pero luego de esa primavera del 2.006 comenzaron a estallar los conflictos y las diferencias internas. Y el partido y sus dirigentes, en lugar de limar asperezas y de unir, se dedicaron a exacerbarlas y a dividir.

“Yo siempre, tanto pública como privadamente, agité la bandera de la unidad, apoyé los gobiernos locales de Lucho y Angelino y fui partidaria, lo dije públicamente, y lo escribí en mi columna del diario El País de Cali, de que el Polo realizara alianzas con sectores afines o cercanos, como los de los actuales alcaldes de Cali y Medellín.

“Pero esa posición no fue acogida por las directivas del partido, que se inclinaron por mantener la ortodoxia a ultranza, posición que, a mi juicio, los mantendrá alejados del poder por muchísimos años.

“Por todo lo anterior, porque ya del Polo desertaron los dirigentes con quienes yo tena afinidades políticas, y porque en Colombia gobierna Juan Manuel Santos, un Presidente que ha sorprendido al país y al continente con su gobierno progresista, empeñado en reparar a las víctimas de la guerra, en rescatar de manos de las mafias las tierras que ellas les arrebataron a los campesinos para devolvérselas a sus antiguos propietarios, en respetar y en darle garantías a la oposición, y en mejorar las deterioradas relaciones con Ecuador y Venezuela, considero que ya no tengo cabida dentro del Polo y prefiero recuperar mi total libertad de acción política.