El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, decidirá mañana, pocas horas antes del fin de su mandato, si concede el estatus de refugiado o permite la extradición a Italia del activista de izquierda Cesare Battisti, encarcelado en Brasilia.

La prensa local especula desde hace días que Lula concederá el estatus de refugiado a Battisti, a quien un tribunal italiano declaró en 1992 culpable del asesinato de cuatro personas en la década del 70, dos de ellas agentes policiales.

De acuerdo con esta versión, la causa del retraso del anuncio responde al temor a represalias por parte de Italia, aunque el mandatario ya había precisado que anunciaría su decisión antes de que concluya su mandato el próximo sábado 1 de enero.

La decisión sobre Battisti es aguardada con expectación en Italia y el Gobierno de ese país declaró hoy que se reserva “el derecho a considerar todas las medidas necesarias para obtener el respeto del tratado bilateral de extradición” con Brasil.

El Ministerio de Exteriores italiano emitió un escueto comunicado en el que abre la puerta a esta posibilidad, dependiendo de la decisión que Lula adopte respecto a la concesión o no del estatus de refugiado a Battisti.

El ministro de Defensa italiano, Ignazio La Russa, aseguró en una entrevista publicada hoy por el diario “Corriere della Sera” que la eventual decisión de Brasil de conceder el estatus de refugiado político a Battisti no estará exenta de consecuencias en la relación bilateral.

Sin embargo, Lula descartó ayer que albergue temores a represalias, durante un acto en el estado nororiental de Bahía.

“Brasil es soberano. No temo represalias de Italia. ¿Quién va a represaliar a Brasil? Cada uno hace lo que quiere y siempre respetamos una decisión soberana de otro país”, apostilló.
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En noviembre del año pasado el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil anuló el estatus de refugiado concedido a Battisti y dio luz verde a su extradición a Italia, aunque el fallo no es vinculante y la decisión final sobre su futuro depende del presidente de la república.
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Lula se reunió hoy con el presidente del STF, Cézar Peluzo, y se esperaba que después de esa reunión se hiciera algún anuncio, lo que finalmente no sucedió.

Battisti, de 55 años, permanece detenido en una cárcel de Brasilia en la que fue recluido en enero de 2007, un día después de su captura en Río de Janeiro, donde estuvo escondido desde el año 2004.
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EFE