Dos nuevos casos de balas pérdidas se conocieron hoy en Bogotá, uno en el cual fue víctima una niña de 8 años y el otro, una señora de 52 años, pero por fortuna ambas están fuera de peligro. Igualmente en las ultimas horas se reportaron dos niños mas afectados en el departamento de Bolívar, uno de los cuales, de seis años, murió y el otro convalece en un hospital de Cartagena.
A la niña de ocho años, quien se encontraba frente a su casa en Ciudad Kennedy, al suroccidente de la capital de la república, por fortuna la bala no le penetró el cuerpo, y aunque tan solo le roso el pecho, sí le causó una dolorosa quemadura.
En el segundo caso, la víctima fue la señora Gladis Quintana, quien en declaraciones a Radio Santa Fe, indicó que el 31 de diciembre llegó con su esposo e hijos, al parqueadero del conjunto residencial “Urán”, ubicado en el barrio Restrepo, a visitar a unos familiares, cuando sintió un quemón en el hombro izquierdo.
En principio creó que le había caído un artefacto pirotécnico, pero al revisarse el brazo observó una herida profunda y su esposo decidió llevarla inmediatamente a la Clinica San Rafael donde confirmaron que efectivamente se trataba de una bala que le atravesó el brazo y se le incrustó cerca al pulmón.
Indicó que los médicos se abstuvieron de extraerle el proyectil debido a que podría causarle graves daños y deberá vivir con la bala en su organismo, sin que se conozcan las consecuencias que este hecho le pueda acarrear hacia el futuro.
Mientras tanto, la víspera, en medio de la consternación general fue sepultado en Soacha, Cundinamarca, el niño Esteban Giraldo de 7 años, quien murió como consecuencia de una bala perdida.
Al funeral también asistió el Gobernador de Cundinamarca, Andrés González, quien aseguró que “el disparo no fue clandestino” y añadió que por eso está pidiendo a la persona que haya visto al que disparó que lo denuncie”.
Por su parte, el comandante de la Policía de Cundinamarca, coronel Fabio Castañeda, informó que durante las labores de registro y control en el barrio San Nicolás, donde el pasado 31 de diciembre se presentó la tragedia, se hallaron 30 armas de fuego, de las cuales siete no contaban con salvo conducto.
De ellas, 22 eran calibre 38, el mismo que tenía el proyectil que ocasionó la muerte del menor.
MÁS VICTIMAS
Como lo informó oportunamente el Noticiero Santa Fe, en Cartagena falleció el niño que había sido herido por una bala perdida durante las fiestas de fin de año.
Se trata del pequeño Andrés Felipe Castellón, de 5 años, quien fue impactado por el proyectil en su cabeza y resultaron vanos todos los esfuerzos del Hospital Naval de la ciudad Heroica para salvarle la vida.
Sin embargo, en las últimas horas se conoció la muerte de otro niño, de nombre Jesús David Fuentes, esta vez en el municipio de Maríalabaja, departamento de Bolivar. Igualmente se informó de un menor más herido por una bala en la población de Córdoba Tetón, ubciada en los Montes de María, en desarrollo de un ataque de sicarios a su padre, quien murió.
El niño recibió un tiro en su pierna izquierda y está recluido en un hospital de Cartagena.
En Manizales, también falleció una joven de 23 años , tras recibir un tiro en desarrollo de un enfrentamiento entre la policía y una banda de delincuentes.
Mientras tanto, siguen en delicado estado otros 3 niños heridos con balas perdidas en Barranquilla, Medellín y Cali.
A propósito del tema, la Procuraduría General de la Nación planteó la necesidad de revisar la legislación colombiana en torno al porte y uso legal de armas, en vista del alto número de víctimas por balas perdidas registrado en las fiestas de fin de año.
Simultáneamente el Ministerio público consideró urgente examinar seriamente la legislación actual con relación al tema de la pólvora, que año tras año causa dolorosas tragedias en el territorio colombiano.
La procuraduría señalo que además de la fuerte ola invernal, también las balas ‘perdidas’ y el uso ilícito de pólvora han afectado a la infancia y adolescencia del país, por lo cual formuló requerimientos especiales a las entidades responsables del control sobre las acciones desarrolladas por ellas para prevenir o evitar las tragedias.
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