Grupos defensores de los derechos humanos reclamaron el lunes a las autoridades haitianas que arresten y acusen al ex dictador Jean-Claude Duvalier por crímenes de lesa humanidad, luego de su sorpresivo regreso tras 25 años de exilio.
Analistas dijeron que la inesperada llegada a Puerto Príncipe de “Baby Doc” Duvalier, quien había escapado del país en una revuelta popular en 1986, sólo podría complicar la inestabilidad política en Haití, a un año de un devastador terremoto que dejó más de 300.000 muertos.
La empobrecida nación del Caribe ya vive momentos de tensión debido a la violencia desatada luego de los disputados resultados electorales del 28 de noviembre.
“El regreso de Duvalier a Haití debería tener un sólo objetivo: enfrentar a la justicia”, dijo Jose Miguel Vivanco, director de América del grupo estadounidense Human Rights Watch, en un comunicado.
Esta agrupación y Amnistía Internacional (AI) sostuvieron que Duvalier, de 59 años, debería ir a juicio por los asesinatos y torturas de miles de disidentes en manos de la milicia Tonton Macoutes durante los 15 años en los que ocupó el poder.
“Las violaciones generalizadas y sistemáticas de los derechos humanos en Haití durante el régimen de Duvalier representan crímenes de lesa humanidad”, dijo Javier Zuniga, asesor especial de AI.
“Haití tiene la obligación de procesar a él y todo el que sea responsable de esos crímenes”, agregó.
Varios cientos de seguidores se acercaron al aeropuerto de Puerto Príncipe para saludar a Duvalier, quien llegó en un vuelo de Air France desde París junto a su esposa francesa, Veronique Roy.
Duvalier se convirtió en el jefe de Estado más joven del mundo cuando asumió el poder de Haití a los 19 años en 1971, luego de la muerte de su padre, el temido dictador Francois “Papa Doc” Duvalier.
“Baby Doc” continuó la dinastía inspirando miedo y odio entre muchos haitianos, hasta que escapó al exilio en Francia a mediados de los ochenta.
Duvalier declaró que había vuelto para expresar su solidaridad al pueblo de Haití, que sigue siendo el Estado más pobre del hemisferio occidental y está enfrentando una aguda epidemia de cólera y las consecuencias del devastador terremoto del 2010.
El ex líder señaló que quería participar en el “renacimiento” de Haití.
Los analistas opinaron que su regreso no podría haber llegado en un peor momento para la nación caribeña, que está tambaleando luego de las controvertidas elecciones legislativas y presidenciales de noviembre. Los resultados preliminares desataron acusaciones de fraude y violentas protestas.
“Como si la política haitiana no fuera lo suficientemente turbulenta, la presencia del ex dictador previsiblemente encenderá fuertes pasiones a lo largo y ancho del espectro político”, dijo Michael Shifter, presidente de Inter-American Dialogue, basado en Washington. Reuters