Desde hace dos semanas efectivos de inteligencia de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol Dijin, habían logrado la ubicación y captura de uno de los socios y lugarteniente del extinto paramilitar y jefes de las ERPAC, Pedro Oliverio alias “Cuchillo”.

Se trata de Carlos Arturo Córdoba Betancuorth, alias “La Garra”, quien por años mantuvo una estrecha relación con Pedro Oliverio Guerrero y con Daniel Barrera Barrera alias “El Loco Barrera”.

Según el general Carlos Ramiro Mena Bravo, director de la Dijin, este hombre estaba siendo requerido en extradición hacia Estados Unidos por la Corte del Distrito Este de Nueva York, para que responda por los delitos de conspiración para importar, distribuir, poseer cocaína y heroína, y lavado de dinero.

“Este hombre fue capturado en Villavicencio de manera conjunto con agentes de la DEA en Colombia y se encargaba de conseguir las avionetas para el envío de cocaína a través de Centro América hacía los Estados Unidos y está comprometido con Juan Carlos Ramírez Taborda alias ‘manicomio’ por el asesinato de varios pilotos que prestaban sus servicios a la mafia en el país”, agregó el general Mena Bravo.

Su prontuario arranca desde que se vinculó con los jefes del cartel de Medellín, luego de la caída de este imperio mafioso se unió al cartel del Norte del Valle, especialmente, con Diego León Montoya alias ‘don Diego’, Alberto Rentería Mantilla y los hermanos Henao Montoya. Además, fue socio de Miguel Arroyabe, con quien terminó por distanciarse por negocios del narcotráfico.

Viajó a México y se alió con Teodoro Fino Restrepo alias ‘el Gaviota’ integrante de la organización de los hermanos Beltrán Leyva, con quien controló durante más de dos décadas la salida de grandes alijos de cocaína. Desde este país coordinaba el lavado de dinero producto de la actividad delincuencial, manejaba las diferentes rutas aéreas y marítimas internacionales para el envío de estupefaicentes hacia Centro América y aguas del Caribe, utilizando pistas clandestinas en Yucatán, México.