En carro bomba arrasó con una carpa funeraria en un vecindario chií de Bagdad y dejó por lo menos 40 muertos el jueves, siendo el más grave de una serie de ataques a lo largo de la semana.

Las explosiones, con un balance de más de 200 muertos en la semana, suscitan temores acerca de un aumento de la violencia cuando las fuerzas estadounidenses se aprestan a salir del país.

La violencia apunta principalmente a la comunidad chií, mayoritaria en el país y las fuerzas de seguridad y significa un reto de gran envergadura para el primer ministro Nuri al-Maliki y su endeble gobierno de coalición que asumió el mes pasado.

La explosión, alrededor de las 14.00 horas, provino de un coche bomba que estaba estacionado entre los vehículos de los asistentes al funeral, a varios metros de la carpa, por eso no despertó sospechas, dijo la Policía. Varios autos se incendiaron y las casas vecinas sufrieron daños.

Las víctimas incluyeron cuatro niños y tres mujeres, además de 78 heridos, dijeron funcionarios policiales y de salud que hablaron bajo la condición de anonimato.

Ali Kamil, un estudiante universitario que vive en las cercanías, dijo que acudió al lugar, donde aún ardían las llamas. Varios jóvenes arrojaban piedras a las fuerzas de seguridad, a las que acusaban de no brindar protección.

«Un amigo mío de la universidad murió en la explosión junto con otro amigo y vi a cuatro conocidos del vecindario heridos», dijo Kamil.

Horas antes, otros tres iraquíes murieron en diversas explosiones dirigidas a las fuerzas armadas.

Una explosión a la mañana temprano, cerca de un complejo comercial en el barrio Karrada de Bagdad, mató a un civil e hirió a otras cinco personas, tres policías entre ellas. AP