La Policía Metropolitana descartó el móvil del robo en el asesinato de los sacerdotes Richard Armando Piffano Laguado y Rafael Riática Rojas, cuyos cuerpos aparecieron en el interior de un vehículo al suroccidente de la capital de la república.

Según el informe preliminar entregado a Radio Santa Fe por el Coronel Elias Vaquero, los prelados fueron ultimados a balazos hechos a quemarropa.

Uno de los sacerdotes recibió dos disparos en la cabeza y el otro uno en el pecho; ambos murieron instantaneamente.

El oficial indicó que se descarta en principio que el crimen haya sido en desarrollo de un atraco por cuanto todas las pertenencias de los prelados se encontraron en su lugar y el carro Chevrolet Aveo se encontraba bien parqueado y en perfectas condiciones.

Supuestamente, el asesino se encontraba dentro del vehículo.

Según una de las hipótesis que manejan los investigadores, el doble crimen estaría relacionado con los problemas de desplazamiento que se ha venido produciendo en el vecino municipio de Soacha, en donde oficiaba uno de los sacerdotes asesinados.

No obstante, el Ministro del Interior, German Vargas Lleras, indicó que jamás se informó que los dos prelados estuvieran amenazados o en situación de riesgo.