Nueve naciones latinoamericanas repudiaron el martes la captura de unas 1.000 ballenas que desarrolla Japón en aguas antárticas bajo el pretexto de ser una “caza científica”.
Los gobiernos de Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Perú y Uruguay, miembros de la Comisión Ballenera Internacional y del llamado Grupo de Buenos Aires, GBA, exhortaron a Japón a poner fin a la “caza científica” de ballenas.
Los países del GBA “hacen público su más firme rechazo a la caza de cerca de mil ballenas, incluidas especies clasificadas como amenazadas, en el Santuario Ballenero del Océano Austral”, dijo un comunicado de la cancillería chilena.
Vídeos difundidos por organizaciones conservacionistas muestran que muchas de las ballenas cazadas terminan en los platos del comercio nipón, y también en Estados Unidos y Corea, adonde son exportadas clandestinamente.
Japón alega que es una tradición de su pueblo alimentarse de ellas.
El santuario fue creado por la CBI en 1992, abarca unos 50 millones de kilómetros cuadrados alrededor de la Antártica, y su propósito es proteger la zona usada por las ballenas, que anualmente se trasladan desde sus áreas de apareamiento y alumbramiento, en el Pacífico Sur, a las heladas aguas antárticas en busca de alimentación.
Japón desatiende los llamados de la comunidad internacional y todos los años, junto con la llegada de las ballenas y sus crías a las aguas antárticas, llega la flota pesquera para darles caza.
El buque factoría japonés “Nisshin Maru” se encuentra 570 millas al suroeste de las aguas jurisdiccionales chilenas, y su paso está “siendo monitoreado” por la armada chilena, dijo el martes un comunicado institucional.
“La Armada de Chile mantendrá un control permanente del desplazamiento de la embarcación, velando por la seguridad de la navegación y por el fiel cumplimiento de la legislación nacional relativa a la protección de los cetáceos que habiten en los espacios marítimos de soberanía y jurisdicción nacional”, agregó la nota.
Dijo que de seguir su actual curso, pasará a más de 150 millas de la Zona Económica Exclusiva chilena.
Estudios científicos estiman que el 80% de las ballenas del mundo llegan a alimentarse todos los años a las aguas antárticas.
El GBA impulsa el respeto a los santuarios balleneros, el uso no letal de esos cetáceos y el mantenimiento de una moratoria comercial vigente desde 1986.
La CBI existe desde 1946, cuando las ballenas estaban al borde de la extinción, y en 1986 impuso la moratoria comercial, que Japón empezó a eludir un año después aprovechándose de un artículo de su Convención que permite a los países miembros autoasignarse una cuota de ballenas para “estudiarlas”.
AP