El líder libio Muammar Gaddafi enfrentará una revuelta popular hasta “el último hombre”, dijo el lunes uno de sus hijos en momentos en que personas se sumaban por primera vez a las protestas en la capital tras días de agitación violenta en la ciudad oriental de Benghazi.
Manifestantes antigubernamentales se congregaron en las calles de Trípoli, líderes tribales hablaron contra Gaddafi, y unidades del Ejército desertaron a la oposición mientras el país exportador de petróleo experimenta una de las revueltas más sangrientas que han afectado recientemente al mundo árabe.
El embajador de Libia en India, Ali al-Essawi, dijo a la cadena británica BBC que renunciará en protesta por la violenta represión que ha dejado más de 200 muertos.
Essawi también acusó al Gobierno de desplegar mercenarios extranjeros contra los manifestantes.
El hijo de Gaddafi Saif al-Islam apareció en la televisión nacional en un intento tanto para amenazar a los sublevados como para calmar a los habitantes, diciendo que el Ejército mantendrá la seguridad a cualquier precio.
“Nuestra moral está alta y el líder Muammar Gaddafi encabeza la batalla en Trípoli, y estamos detrás de él, así como el Ejército libio”, declaró su hijo.
“Seguiremos luchando hasta el último hombre, incluso hasta la última mujer (…) No dejaremos Libia a los italianos o los turcos”, agregó.
Agitando el dedo frente a la cámara, Saif culpó a los exiliados libios por fomentar la violencia. Pero también prometió diálogo sobre reformas y alzas salariales.
Las promesas podrían no ser suficientes para sofocar la ira desencadenada tras cuatro décadas del gobierno de Gaddafi – reflejando los eventos en Egipto donde una revuelta popular derrocó al presidente Hosni Mubarak hace 10 días.
Por su parte, Estados Unidos está considerando “todas las acciones apropiadas” en respuesta a la violenta represión libia y está analizando el discurso del hijo de Gaddafi para ver si existen las posibilidades de una reforma significativa, dijo el domingo un funcionario estadounidense.
El mandatario estadounidense, Barack Obama, está recibiendo informes regulares sobre los eventos en Libia, y su Gobierno buscar una “clarificación” de funcionarios libios de alto rango mientras presiona por que acabe la violencia contra los manifestantes pacíficos, indicó el funcionario.
En la ciudad costera de Benghazi los manifestantes parecían estar casi completamente en control luego de obligar a las tropas y policías a replegarse en un recinto. Edificios gubernamentales fueron incendiados y saqueados.
En la primera señal de disturbios serios en la capital, miles de manifestantes chocaron con partidarios de Gaddafi. Se escucharon disparos durante la noche y la policía usó gases lacrimógenos para dispersar a los opositores, algunos de los cuales lanzaron piedras contra carteles de Gaddafi.
El grupo de derechos humanos Human Rights Watch dijo que al menos 223 personas han muerto en cinco días de violencia. La mayoría falleció en Benghazi, punto de partida del levantamiento y una región donde el control de Gaddafi siempre ha sido débil.
Habib al-Obaidi, un cirujano del hospital Al-Jalae, dijo que los cuerpos de 50 personas, que en su mayoría murieron baleadas, fueron llevados al recinto el domingo por la parte. También arribaron 200 heridos, agregó.
“Una de las víctimas quedó destrozada luego de ser alcanzada en el abdomen por una granada impulsada por cohete”, declaró.
Miembros del escuadrón “Relámpago” del Ejército llevaron camaradas heridos al hospital, indicó el médico. Los soldados dijeron que se pasaron a la causa de los manifestantes y que lucharon y derrotaron a miembros de la guardia de élite de Gaddafi.
“Ahora dicen que superaron a la Guardia Pretoriana y que se unieron a la revuelta popular”, declaró el abogado Mohamed al-Mana por teléfono desde el hospital.
Si Gaddafi esperaba descartar la revuelta en Benghazi como un problema provincial, él enfrentó un alarmante desarrollo el domingo en la noche cuando multitudes ocuparon las calles de Trípoli. Un residente dijo a Reuters que podía escuchar disparos y multitudes de personas.
El apoyo para Gaddafi entre las tribus desérticas de Libia también se está debilitando.
El líder de la tribu Al-Zuwayya del este de Libia amenazó el domingo con bloquear las exportaciones de petróleo a menos que las autoridades detengan lo que llamó la “opresión de los manifestantes”, según el canal de televisión Al Jazeera.
Hablando en la cadena de televisión Al Jazeera, Shaikh Faraj al Zuway dijo: “Detendremos las exportaciones de petróleo a países occidentales dentro de 24 horas” si no cesa la violencia. Reuters
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