Una huelga de hambre de jóvenes parece estar ganando impulso en la medida de que sus organizadores logran llamar la atención internacional, pero analistas afirmaron el lunes que no creen que el presidente Hugo Chávez atienda las demandas de los activistas.
El dirigente juvenil Julio César Rivas dijo en una conversación telefónica, que más de 80 personas están participando en la huelga de hambre que se está realizando frente a las oficinas de la OEA en Caracas, las embajadas de Chile y Costa Rica en la capital, y otros ocho estados del país. La protesta comenzó el 31 de enero con 13 jóvenes.
Ninguna fuente independiente ha corroborado la cifra de huelguistas, que aseguran que solamente beben agua y solución salina. Piden que la Organización de Estados Americanos (OEA) evalúe el estado de los derechos humanos en el país sudamericano, y los casos de los “presos políticos”.
La medida de presión ha provocado que algunos aliados de Chávez salgan en defensa del gobierno después que el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, dijo estar dispuesto a visitar Venezuela para atender así una de las peticiones de los huelguistas.
Chávez, sin embargo, no ha mostrado señales de ceder.
“Parece que el gobierno no se mueve”, dijo el profesor Gilbert Merkx, director de estudios internacionales en la Universidad de Duke.
Merkx señaló que el ministro de Relaciones Interiores, Tareck El Aissami, se ha reunido con los estudiantes, lo cual “sugiere que Chávez podría estar preocupado por la protesta o sus consecuencias”.
Sin embargo, “el gobierno de Chávez está endurecimiento sus respuestas a los desafíos y hace concesiones tácticas de menor importancia”, dijo Merkx.
Michael Shifter, presidente de la organización Diálogo Interamericano, dijo que cree que el gobierno “va a resistir”.
“No está en el estado de ánimo de ellos (el gobierno) el darle cabida a las demandas de los estudiantes”, expresó Shifter. “Si crece, puede que tengan que ceder un poco”.
En una declaración conjunta los integrantes de la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA) exigieron la semana pasada a Insulza “cesar sus ataques” y dejar de interferir en los asuntos internos de Venezuela.
El bloque regional, que conforman Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Dominica, Antigua y Barbuda, y San Vicente y las Granadinas, exhortó a los demás países miembros de la organización a “reaccionar ante lo que constituye un retroceso peligroso a los tiempos en que la OEA fue instrumento del intervencionismo y el colonialismo”.
El gobierno estadounidense solicitó la semana pasada a Chávez que autorice la visita de Insulza.
Steve Ellner, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Oriente en Venezuela, dijo que Insulza puede ser renuente a presionar porque el “podría ser acusado de estar partidizado si él toma una posición firme a favor de los estudiantes venezolanos”.
AP