Después de varios minutos, Nueva Zelanda fue sacudida por un fuerte temblor de 6,3 grados en la escala de Richter, que deja hasta ahora numeros muertos y una cifra indeterminada de heridos.

El sismo, que se sintió con mayor fuerza al sur de este país, dejó considerables daños materiales, afectando especialmente la localidad de Christchurch.

El sismo se sintió pasado el medio día de este lunes y el epicentro fue localizado a sólo 10 kilómetros de la ciudad a una profundidad de cinco kilómetros.

Según los organismos de socorro, se estima que pasada la media noche aún queden muchas personas atrapadas en edificios, después que varios inmuebles colapsaran y generaran varios incendios.

Las imágenes de varios camarógrafos aficionados no han dejado de mostrar las escenas de terror que viven varias localidades de Nueva Zelanda como las de personas sacando cuerpos de entre los escombros o la destrucción parcial de la catedral de Christchurch, ícono de la arquitectura del país.

Calles como la de Plaza Victoria se elevaron hasta tres metros en algunos sitios, las líneas telefónicas y de electricidad se han visto afectadas y muchas tuberías de agua se rompieron, inundando algunas calles.

Por la falta de ambulancias, muchas personas han tenido que trasladar a los heridos en sus vehículos.

Se espera que en las próximas horas se presenten nuevas réplicas, por lo que cientos de personas tratarán de salir de Christchurch.

Científicos han señalado que sobre Nueva Zelanda descansa el llamado anillo de fuego del Pacífico y sobre un área de la Tierra donde la placa del Pacífico converge con la Indo-australiana, por lo que el país experimenta más de 14.000 sismos al año, de los cuales unos 20 son de más de 5 grados en la escala de Richter. El último sismo con saldo fatal fue en 1968, cuando uno de 7,1 grados mató a tres personas en el sur del país.