La embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas, Susan Rice, pidió el martes al hombre fuerte de Libia Moamar Gadafi que considere la posibilidad de exiliarse, y agregó que le preocupa que la nación del norte africano pueda transformarse en un “desastre humanitario”.
Según indicó Rice a la cadena de televisión CBS, “es importante que (Gadafi) desaparezca” del escenario mundial.
El exilio “quizá sea una alternativa que ha considerado”, agregó, aunque aclaró que ni siquiera esa posibilidad le librará de un posible encausamiento “por los crímenes que él y sus allegados han cometido”.
El vocero de la Casa Blanca Jay Carney dijo el lunes a los periodistas que lograr que Gadafi huya de Libia “sería una rápida alternativa. Y se atendría a nuestros deseos de que renuncie”.
La conferencia de prensa de Rice coincidió con el desplazamiento de barcos de guerra estadounidenses a un sector más cercano a Libia ante la posibilidad de tener que intervenir en misiones humanitarias y militares, al mismo tiempo que la secretaria de Estado norteamericana Hillary Rodham Clinton sigue reunida con los aliados estadounidenses en Ginebra, donde se analiza la posibilidad de imponer una zona de exclusión aérea sobre Libia para proteger las zonas en poder de los insurgentes de los ataques de las fuerzas de Gadafi.
Clinton comparecerá el martes por la tarde ante la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara.
Rice dijo a los periodistas el lunes en la Casa Blanca que era considerada la zona de exclusión aérea. Empero, el canciller ruso Sergey Lavrov rechazó la idea por considerarla “superflua” y agregó los países deberían atenerse a las sanciones aprobadas el sábado por el Consejo de Seguridad de la ONU.
Entre ellas figura un embargo de armas, congelación de bienes y la prohibición de viajar al extranjero de Gadafi, su familia y sus inmediatos colaboradores.
La congelación de bienes depositados en Estados Unidos y ejecutada el viernes ha producido ya 30.000 millones de dólares, indicó el Departamento de Estado. AP