Si presenta síntomas como congestión nasal, estornudos y escozor en los ojos o lagrimeo, que cada vez se hacen más frecuentes y fuertes, no se sienta frustrado ni angustiado. Es lo mismo que le pasa a personalidades como Kate Middleton (esposa del príncipe Guillermo de Inglaterra), a Halle Berry (actriz ganadora del Oscar en el 2002, por la película ‘El pasado nos condena”) y a otras 400 millones personas (según cifras de la Organización Mundial de la Salud, OMS) que sufren de rinitis.
Como ellos, seguramente no podrá estar cerca de sus mascotas favoritas, deberá asear constantemente su casa para protegerse del polvo y diferentes sustancias alérgicas, que incrementan los síntomas y, ante todo, consultar a tiempo a su otorrinolaringólogo, todo ello para no afectar su calidad de vida y para sentirse bien en todo momento, así como para proteger su bolsillo.
A medida que la enfermedad aumenta, todo se complica. Tanto, que se estima que el manejo de la rinitis puede generar un costo de más de 1.000 euros por persona, dependiendo de la estación del año y el número de pacientes que afecte e, incluso, puede llegar a empeorar otros problemas respiratorios como el asma o la sinusitis.
LA RINITIS EN EL MUNDO
De acuerdo con el ensayo ‘Voz del paciente alérgico’, estudio cuantitativo de autoevaluación, iniciado y coordinado por la Federación Europea de Alergia y la Asociación de Pacientes con Enfermedades Respiratorias, en una investigación llevada a cabo en 6 países de la Unión Europea, solo en Europa la rinitis afecta al 24% de la población (Bélgica registra 28,5 %, España 21,5% e Italia 16,9%). En Estados Unidos se estima que afecta entre un 20 y 30% de los adultos y cerca de 40% de los niños, siendo la enfermedad crónica del sistema respiratorio más común en Norteamérica.
Latinoamérica no se queda atrás en cuanto a esta problemática y según una encuesta publicada en la revista estadounidense ‘Asma y Alergia’, el 25% de la población de América Latina padece de rinitis alérgica y un alto porcentaje de los afectados no tratan la enfermedad adecuadamente.
Adicionalmente, otro estudio elaborado por ISAAC (International Study of Asthma and Allergy in Childhood) en Latinoamérica y publicado en la revista ‘Alergia México’ edición número 56 de marzo de 2009, señala que el país con mayor prevalencia de rinitis alérgica es Paraguay con el 45,1%; seguido de Chile con el 22,2%, mientras que Brasil y Argentina registran 16,9 % y 15,9 %, respectivamente.
En Colombia, la situación también es preocupante, como revela el estudio de prevalencia de rinitis alérgica publicado en 2004 “Asma y otras condiciones alérgicas en Colombia” que concluyó que la prevalencia de síntomas de rinitis alérgica es de 22,6%. En nuestro país las ciudades con mayor porcentaje de personas afectadas por rinitis en su orden son Bucaramanga (38 %), Medellín (32, 4 %), Bogotá (23,7%), Barranquilla (16,2 %) y San Andrés (18,3 %).
Todo esto llama la atención sobre este problema y mucho más si al hacer un análisis global se encuentra que en los últimos años, el número de casos de rinitis se ha disparado, debido al aumento de la migración poblacional y a la falta de condiciones apropiadas de higiene en los nuevos asentamientos humanos, sostiene Tulio Roberto Jaramillo, presidente de la Sociedad Colombiana de Otorrinolaringología, Cirugía de Cabeza y Cuello, Maxilofacial y Estética Facial, ACORL.
CONOCER MÁS SOBRE LA RINITIS
Debido al preocupante panorama de las enfermedades respiratorias, y específicamente de la rinitis, la ACORL como parte de su programa de responsabilidad social, diseñó una campaña para medios de comunicación, profesionales de la salud y, por supuesto, para público en general, con el propósito de explicar a la comunidad las características, las causas, las consecuencias de la rinitis, y brindar la información adecuada sobre los últimos tratamientos y cuidados especiales que deben tener los pacientes.
En primer lugar, hay que saber que la rinitis se define como es una enfermedad crónica de la nariz y de los senos paranasales (órganos que ayudan a producir el moco que mantiene húmeda la nariz). Y que se habla de dos categorías: rinitis alérgica y rinitis no alérgica, afirma Tulio Roberto Jaramillo, presidente de la ACORL.
La primera, se produce como respuesta del sistema inmune ante los alérgenos (disparadores de reacciones alérgicas) que están presentes en ciertos tipos de polen, polvo y caspa de animales (pequeñas hojuelas de piel de animales). Las personas con rinitis alérgica son sensibles a estas sustancias, dado que su sistema inmune reacciona como si se estuviera ante unas sustancias peligrosas, las cuales resultan inofensivas para quienes no presentan la enfermedad.
Así mismo, está demostrado según la casuística y los diferentes estudios, que la rinitis alérgica es más común en los grupos de menor edad, es decir, en los niños. Es más, se sabe también que usualmente se presenta por primera vez en la niñez, pero bien puede aparecer en la adolescencia o en la adultez temprana (80% de los pacientes desarrollan los síntomas antes de los 20 años), y en general a cualquier edad.
De igual forma, se ha reportado que la prevalencia de la condición puede llegar al 40% en los niños, disminuyendo posteriormente con la edad y está incluida a nivel mundial como una de las diez principales razones por las cuales los pacientes consultan a sus médicos generales.
La rinitis no alérgica, por su parte, tiene que ver con una inflamación de la mucosa de la nariz debido a varias causas. Se clasifica en ocupacional, hormonal, vasomotora, infecciosa e inducida por medicamentos y a diferencia de la alérgica, puede ser aguda (de corta duración) o crónica (de larga duración).
CARACTERÍSTICAS
“Una sobreproducción de moco, generando síntomas como obstrucción y flujo nasal; estornudos repetitivos, enrojecimiento de la nariz y moco en la garganta; ardor, dolor o rascado nasal; irritación en ojos, dolor de cabeza y trastornos de sueño; tos, respiración oral, voz nasal y sangrado suelen ser los síntomas más característicos de la enfermedad”, explica el doctor Tulio Roberto Jaramillo Villegas, presidente de la ACORL.
De no tratarse a tiempo y adecuadamente, la enfermedad conlleva algunas complicaciones y hasta puede producir alteraciones dentales y de mordida, que se van originando en la respiración oral que suelen tener este tipo de pacientes. En casos muy severos, y debido a la alteración del sueño, puede afectarse el corazón y se pueden producir arritmias e hipertensión arterial o pulmonar.
Además, cuando se presenta en niños o jóvenes en edad escolar les puede ocasionar problemas de aprendizaje, alteración del sueño, pérdida de la capacidad de concentración y disminución del nivel de energía.
El doctor Tulio Roberto Jaramillo Villegas sostiene además que este problema puede asociarse con algunas de estas enfermedades en su etapa primaria: asma bronquial, sinusitis crónica, amigdalitis, trastornos de sueño y conjuntivitis.
TRATAMIENTOS Y PRECAUCIONES
En primer lugar, resulta muy importante consultar con su otorrinolaringólogo ante la aparición de los síntomas, dado que es un especialista idóneo para hacer un estudio clínico, definir el diagnóstico y el tratamiento más adecuado, no solo de la rinitis, sino también de las diferentes enfermedades de oído, boca, nariz, laringe, faringe, senos paranasales y estructuras próximas a cuello y cabeza.
En cuanto al tratamiento de la rinitis, el doctor Tulio Roberto Jaramillo Villegas insiste en que si bien no existe una cura definitiva, sí se han desarrollado avances significativos en diferentes áreas, como la inmunoterapia, la farmacología y la cirugía, que se utilizan, dependiendo las causas y el tipo de rinitis existente.
La inmunoterapia con vacunas, por ejemplo, busca retar al organismo frente a las sustanciaos que le generan la rinitis para crear una tolerancia cuando el paciente se exponga esta sustancia en el futuro. Para ello se hace un test donde se evalúa la respuesta persona a múltiples sustancias o alérgenos.
Otra opción es irrigar la nariz con agua muy limpia salada para ayudar a mantener sus fosas nasales libres de bacterias, polvo o polen del ambiente.
En cuanto a la opción farmacológica, esta se basa en tres clases de medicamentos: los antihistamínicos (utilizados para reducir la comezón de los ojos y la nariz principalmente en casos de rinitis alérgica estacional, que se encuentran disponibles en tabletas o jarabes; los corticosteroides intranasales (aplicados para reducir la inflamación de la nariz), y los vasoconstructores o descongestionantes (combinados con los antihistamínicos o su presentación en gotas o spray nasales y que ayudan a disminuir la inflamación de los tejidos y a brindar un alivio temporal al taponamiento de la nariz). Medicamentos que deben ser prescritos en forma particular por el especialista de acuerdo a la edad, condiciones de salud y uso de otros medicamentos simultáneamente.
Finalmente, existen dos tipos de cirugía que pueden contribuir a mejorar la condición del paciente y que deben siempre estar asociados a los manejos con medicamentos: la cirugía para corregir la desviación del tabique cuando su médico le diagnostica problema en la pared central e interna de la nariz y la cirugía de cornetes que se utiliza cuando estas estructuras intranasales están muy grandes. El resultado depende de los cuidados posteriores que tenga el paciente y solo son recomendados por el especialista una vez se hayan agotado las alternativas farmacológicas, concluye Jaramillo.
RECOMENDACIONES GENERALES
– No olvide que en almohadas, cojines y colchones habitan pólenes, ácaros y esporas de hongos que puede contribuir a desencadenar su reacción alérgica. Por eso, resulta fundamental mantener una excelente limpieza de estos, con una relativa periodicidad.
– Pero, ojo que la limpieza debe hacerse con elementos húmedos o aspiradora, para evitar levantar polvo, que le causará problemas.
– Evite cambios bruscos de temperatura, y si debe pasar de un ambiente cálido a uno frío cubra su nariz y boca con una bufanda o un pañuelo.
– Mantenga un entorno libre de objetos que acumulen polvo, como libros apiñados en un rincón o tapetes que nunca lava.
– Absténgase de estar en lugares contaminados o donde se encuentren fumadores.