264 muertos y mil 300 heridos es el último balance de víctimas del terremoto de 7,2 grados de magnitud que asoló ayer a una vasta región de Turquía.
Sin embargo, se teme que el número de fallecidos aumente, pues el centro de emergencias ha calculado que hay por lo menos 400 desaparecidos bajo los escombros que ha dejado el sismo.
El epicentro del temblor se localiza en Tabanli, un pueblo a 30 kilómetros de Van, capital del la provincia y muy cercana a la frontera con Irán. Pero también se han visto afectadas las provincias de Bitlis, Batman, Diyarbakir, Mus y Hakkari, aunque en menor medida.
Según el centro Sismológico Kandili de la Universidad del Bósforo de Estambul, el “temblor se produjo muy cerca de la superficie”, a unos cinco kilómetros de profundidad, por lo que “en el epicentro se sintió como un seísmo de entre 8 a 9 de magnitud”.
Tras el temblor inicial se han registrado varias réplicas de magnitudes entre 3 y 5,5, por lo que las autoridades han recomendado no volver a los edificios todavía.