Según indicaron fuentes de la Cruz Roja Internacional, al menos 63 personas murieron la noche del viernes, como consecuencia de los ataques con bombas y armas de fuego contra puestos de policía e iglesias en el noreste de Nigeria.
Los hechos se presentaron cuando un grupo de rebeldes atacó cuatro puestos de Policía y varias iglesias, en la ciudad de Damaturu, tras haber realizado ataques similares en la ciudad de Maiduguru,
“Vi 60 cuerpos en el hospital que habían traído ayer tras los ataques”, manifestó un abogado que visitó el hospital público de Damaturu.
Las autoridades aún no tienen claridad sobre el grupo armado autor de los ataques pero algunos habitantes acusaron a la secta islamista Boko Haram -cuyo nombre significa “la educación occidental es un pecado”- que opera en el norte del país, mayoritariamente musulmán.