El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, apoyó hoy como su sucesor al excomisario europeo Mario Monti, en contraposición a la postura de la aliada Liga Norte, en medio del disenso por la conformación del nuevo gobierno.
El gobierno de Monti es inevitable, por el bien de Italia, afirmó Berlusconi, quien renunciará tras la aprobación de la Ley de Estabilidad que contempla las medidas impuestas por la Unión Europea (UE) para afrontar la crisis financiera del país, consigna el diario Il Messaggero.
El presidente Giorgio Napolitano nombró este miércoles a Monti como senador vitalicio y con ello impulsó la carrera del economista para suceder a Berlusconi como líder del Ejecutivo con el respaldo correspondiente del saliente mandatario.
Sin embargo, la candidatura de Monti enfrenta la patente oposición de la Liga Norte, aliado de Berlusconi y en la coalición gobernante de centro derecha con el partido Pueblo de la Libertad (PDL), del Cavaliere, como llaman también aquí al magnate de los medios.
El bloque norteño amenazó con pasarse a la oposición de concretarse la llegada del excomisario europeo a la máxima instancia del gabinete, algo que está por ver luego del apoyo incondicional de su líder Umberto Bossi a Berlusconi, en los reiterados procesos de censura al Gobierno.
El ministro del Interior y número dos de la Liga Norte, Roberto Maroni, reiteró que su partido objetará cualquier paso de Monti en su camino a ocupar el lugar de Berlusconi.
«Si el presidente Napolitano da el encargo de formar un gobierno a alguien, como Mario Monti, que no forma parte de la mayoría victoriosa de las elecciones de 2008, la Liga no lo apoyará y pasará a la oposición», concluyó.
Italia vive una crisis política tras la pérdida de la mayoría parlamentaria este martes del primer ministro, quien con 308 votos se quedó a ocho puestos del respaldo requerido en la Cámara de Diputados, por una rebelión interna en su agrupación del PDL y la oposición de socios habituales como la Liga Norte.
Por ahora, el controvertido político permanece a la espera de que las distintas facciones decidan quien será su sucesor, ante la mirada atenta de los mercados y de una Europa en ebullición frente al aumento de la deuda soberana y los temores de un contagio.
Berlusconi dimitirá tras la aprobación de las reformas económicas impuestas a Italia por la UE con motivo de la crisis del débito fiscal, mientras Napolitano tendrá que iniciar la ronda de consultas para decidir si convoca a elecciones anticipadas o crea finalmente un Gobierno presidido por una autoridad neutral. PrensaLatina