Los egipcios acudieron el lunes a su primera elección desde la caída de Hosni Mubarak, donde los electores acudieron a las urnas en un ambiente general de calma a pesar de los disturbios que empañaron la víspera electoral, cuando 42 personas murieron en manifestaciones en las que se exigía una inmediata transición del Consejo Militar a un gobierno civil.

Las mesas de votación reabrieron este martes en Egipto en el segundo día de las elecciones legislativas, las primeras desde la caída de Hosni Mubarak, que la prensa calificó como una «prueba de democracia» exitosa debido a la alta participación y la ausencia de incidentes.

«Nacimiento de un nuevo Egipto», tituló el diario gubernamental al Akhbar, destacando la afluencia sin precedentes de electores y la calma de la jornada, pocos días después de la violenta represión de las manifestaciones contra el poder militar que gobierna el país.

«El pueblo aprueba el test de la democracia», indicó el diario independiente Al Masri al Yom.

Por su parte, Al Churuq, otro diario independiente, destacaba que los egipcios «lleva la revolución al parlamento» y que «Egipto recupera su voz».

Estados Unidos se congratuló por el inicio de la votación, sobre la cual, indicó el departamento de Estado, los observadores independientes estadounidenses presentes en Egipto emitieron impresiones «positivas».

El martes por la mañana, se veían filas de espera en los centros de votación, que abrieron a las 08H00 (06H00 GMT), lo que presagia una participación tan importante como la del lunes, que obligó a la Alta Comisión Electoral a prolongar durante dos horas las operaciones electorales.

Esta primera etapa electoral de dos días concierne a un tercio de las regiones de Egipto, incluidas las ciudades de El Cairo y Alejandría, las dos más pobladas, y a 17,5 millones de los 40 millones de electores inscriptos en el padrón electoral.

Se eligen a 168 de los 498 diputados de la Asamblea del Pueblo.

Egipto, el país árabe más poblado, cuenta con una población de 80 millones de personas.

La elección de los diputados de la Asamblea del Pueblo debe culminar el 11 de enero y la elección de la Chura (cámara alta consultativa) el 11 de marzo.

Los analistas estiman que los Hermanos Musulmanes del Partido Libertad y Justicia (PLJ) serán al término de las elecciones la primera fuerza política de Egipto, en sintonía con Túnez y Marruecos, donde las elecciones consagraron vencedoras a formaciones islamistas.

Para el vicepresidente del PLJ, Esam al Erian, el islam político va a ganar también en Egipto y el mundo tendrá que aceptarlo.

«Es hora de que las capitales del mundo que apoyaron a Mubarak digan que aceptan el resultado de las elecciones. Ahora, no después del resultado», afirmó Al Erian a la AFP.

Al comentar la jornada electoral del lunes, el PJL dijo en un comunicado que se trataba de un «día sin precedentes» en la historia de Egipto.

El pueblo «está esbozando su futuro, saludado por el mundo entero que se sorprendió por la participación masiva», dijo el comunicado, que estimó que la participación el lune fue de 30% a 32%.

En la Plaza Tahrir de El Cairo, epicentro de la movilización contra el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), que gobierna el país desde la caída de Mubarak, una parte de los manifestantes afirma que no cree en las urnas para desalojar a los militares del poder.

«Lo que pedimos aquí en la plaza Tahrir es la caída del mariscal Tantaui, jefe del CSFA, por lo tanto no voy a participar en las elecciones que él organiza», dijo a la AFP Omar Hatem, estudiante de 22 años.

En los últimos días de la campaña electoral, la represión de las manifestaciones causó la muerte de 42 personas y más de 3.000 heridos.

Con los Hermanos Musulmanes compiten decenas de partidos, entre ellos los salafistas salafistas (musulmanes fundamentalistas), de reciente creación y sin implantación nacional.

Por su lado, muchos diputados del prohibido partido de Mubarak intentan hacerse elegir como candidatos independientes o embanderados con nuevos partidos.

Santa Fe con agencias