Más de dos millones de funcionarios públicos británicos protagonizaban el miércoles la primera huelga masiva en más de 30 años, sumando presión a una coalición de Gobierno que afronta una débil economía.
Los funcionarios públicos protestan por unas reformas que según los sindicatos les obligará a pagar más por sus pensiones y trabajar más tiempo antes de poder retirarse.
El Gobierno dice que la reforma es necesaria ya que la población vive más y las pensiones de los servicios públicos son inasequibles.
El paro afectará a servicios tan diversos como salud, recogida de basuras o recaudación de impuestos, cerrará escuelas y probablemente genere caos en aeropuertos y puertos, ya que se prevé que el personal de control fronterizo abandone sus puestos de trabajo.
Las aerolíneas dijeron el lunes que estaban reduciendo los vuelos al aeropuerto londinense de Heathrow, el de mayor tráfico de Europa, en parte por los temores de largos retrasos y sobrecarga de pasajeros debido a la huelga en el control de pasaportes.
El Gobierno ha enviado a casa a parte de personal de las embajadas y reclutado voluntarios de otros departamentos para ayudar a sustituir a los guardias fronterizos.
Ante unas grises previsiones económicas, el Gobierno conservador dijo el martes que era necesaria una dosis mayor de austeridad para cumplir su plan de recorte de déficit.
El ministro de Finanzas, George Osborne, dijo que las alzas de salarios en el sector público, que ya afrontan una congelación de dos años, se limitarían a un 1,0 por ciento a partir de 2013, mientras que las pérdidas de puestos de trabajo se elevarán a 710.000 desde los 400.000. Reuters