Greenpeace criticó duramente la Cumbre de la ONU, la describió como un ‘fracaso’, a la vez que aseguró que los gobiernos que participaron en ella deberían «sentirse avergonzados».
Críticos y estados vulnerables afirman que el pacto los deja expuestos y no es lo bastante agresivo como para frenar el cambio climático.
La cumbre de la ONU sobre cambio climático arrojó el domingo un pacto que obligaría por primera vez a los mayores contaminantes a tomar medidas sobre sus emisiones de gases invernadero, aunque según críticos el plan no es lo bastante agresivo como para frenar el calentamiento global.
El paquete de acuerdos extendió el Protocolo de Kioto, el único pacto global con límites a las emisiones de C02, aprobó el marco de un fondo para ayudar a los países más pobres a lidiar con el cambio climático y trazó un camino hacia un acuerdo jurídicamente vinculante sobre recortes de gases contaminantes.
Sin embargo, muchos pequeños Estados insulares y países en desarrollo, en situación de riesgo por el aumento del nivel del mar y el clima extremo, dijeron que el acuerdo marcó el común denominador más bajo posible y carecía de la ambición necesaria para garantizar su supervivencia.
Los delegados aceptaron empezar a trabajar el próximo año en un tratado legalmente vinculante para reducir los gases de efecto invernadero que se sería firmado en el 2015 y entraría en vigor en el 2020.
Un primer paso
El ministro de Clima y Energía británico, Chris Huhne, dijo que el resultado era «un gran éxito para la diplomacia europea». «Hemos logrado incluir a los principales emisores de gases, como Estados Unidos, India y China, en una hoja de ruta que garantiza un acuerdo general global», manifestó.
En tanto, el enviado de Estados Unidos sobre cambio climático, Todd Stern, dijo que Washington estaba satisfecho con el resultado. «Tenemos una especie de simetría en la que nos habíamos centrado desde el principio de la administración (del presidente Barack) Obama. Esto (el acuerdo) tenía todos los elementos que estábamos buscando», declaró.
En un comunicado hecho público en su página web, Greenpeace asegura que «las conversaciones de Durban han acabado de la misma forma en que empezaron: en fracaso».
«Han fracasado en el refuerzo de medidas anteriores de protección del clima y se han mantenido al margen de nuevas normal globales para luchar contra el cambio climático», explica el comunicado de Greenpeace.
«Los Gobiernos…deberían sentirse avergonzados. Nos preguntamos cómo podrán seguir mirando a los ojos a sus hijos y nietos cuando vuelvan a casa», dice la organización de defensa del medio ambiente.
Greenpeace recuerda que en la misma conferencia de hace dos años, celebrada en Copenhague, los políticos prometieron un fondo de 100.000 millones de dólares con el que se pretende ayudar a los países más pobres a adaptarse y mitigar el cambio climático.
«Han venido a Durban dos años después tan sólo planificando diseñar una manera para recoger y distribuir el dinero. Y resulta que ni siquiera han conseguido hacer eso», criticó la organización.
Aunque hoy mismo se llegó a un pacto en la Cumbre de Durban para extender el Protocolo de Kioto más allá de 2012, cuando caducaba este acuerdo, el único de carácter vinculante para tratar de reducir los efectos del cambio climático, Greenpeace asegura que el progreso ha sido escaso.
«Los países bloqueadores liderados por Estados Unidos han conseguido insertar en el acuerdo una cláusula que fácilmente podría llevar a que el próximo importante acuerdo sobre cambio climático no sea legalmente vinculante», subrayó Greenpeace.
«Mientras que los detalles de las conversaciones pueden ser complejos, la verdad es muy sencilla. Estamos muy lejos de donde deberíamos estar para evitar un cambio climático catastrófico», denuncia la organización, que subraya que «los contaminadores han ganado esta ronda de conversaciones».
Además, acusa a Estados Unidos de ser uno de los principales obstáculos para llegar a un acuerdo y critica también a «otros gobiernos y bloques poderosos, como la Unión Europea, China y la India, que podrían haberse unido junto con los países más vulnerables para alcanzar un progreso real».
«Nos han decepcionado y su fracaso se medirá con la vida de los pobres, los más vulnerables y menos responsables de la crisis del cambio climático», sentencia el comunicado.
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