El nuevo dirigente norcoreano Kim Jong-un fue nombrado “comandante supremo” del ejército, anunció este sábado el diario del Partido Comunista de Corea del Norte, prosiguiendo así el proceso de sucesión de su padre Kim Jong-il, fallecido hace una semana.

“Vamos a elevar al camarada Kim Jong-un al rango de comandante supremo y general” explicó el Rodong Sinmun, el órgano oficial del poder norcoreano, en su editorial.

Se trata de la primera vez que la prensa oficial usó la expresión “comandante supremo” para referirse a este joven de menos de 30 años de edad que ya fue ascendido al grado de general de cuatro estrellas. Dicha expresión se usaba previamente para referirse a su padre.

Kim Jong-un, designado el lunes como nuevo dirigente de Corea del Norte poco después del anuncio de la muerte de su padre, el ex número uno Kim Jong-il, era conocido hasta ahora como “gran sucesor” o “gran camarada”.

“Camarada Kim Jong-un, escuche la llamada del pueblo que le demanda como comandante supremo y le quiere para conducir a la Corea de Kim Il-sung a una victoria eterna”, continuó el diario oficial.

Nombrándole “comandante supremo”, el Rodong Sinmun destaca que Kim Jong-un pasa a ser considerado como jefe del ejército, aunque no disponga aún del título oficial.
“Esto demuestra que Jong-un ya tiene bien controlado al ejército y Corea del Norte se lo está anunciando al mundo exterior”, dijo a la AFP Kim Yong-Hyun de la Universidad Dongguk de Seúl.

“También nos lleva a pensar que el Norte seguirá con su política de Songun”, la cual considera prioritarios los aspectos militares, agregó.

Sin cumplir aún los 30 años, Kim Jong-un es general de cuatro estrellas y vicepresidente de la todopoderosa Comisión Militar Central del Partido de los Trabajadores, dos promociones obtenidas en septiembre de 2010, en el marco del proceso de sucesión lanzado por su padre.

Representa la tercera generación de los Kim en el poder en la Corea del Norte comunista, fundada por su abuelo Kim Il-sung.

Se ha decretado un duelo de 13 días a partir de la muerte de Kim Jong-il, ocurrida el sábado pasado pero mantenida en secreto hasta el lunes. Este periodo se acabará al día siguiente del entierro del ex dirigente, previsto para el 28 de diciembre.

Desde el anuncio de su muerte, la televisión norcoreana ha mostrado imágenes de muchedumbres civiles y militares rotos por el dolor, inclinándose ante los retratos y las estatuas del difunto o ante su cuerpo ubicado en un ataúd de cristal en el mausoleo de Pyongyang.

La transición del poder parece por el momento que se lleva a cabo sin grandes sobresaltos.

Estados Unidos, Corea del Sur y China parecen desear un proceso de transición estable, por temor a que pueda desestabilizarse la península coreana.

Medios de comunicación estatales indicaron el sábado que la “afectuosa protección” que Kim Jong-il brinda a su pueblo perdura más allá de su muerte.

Así, según Rodong Sinmun, las autoridades entregaron pescado fresco, un alimento poco común en Corea del Norte, a los habitantes de la capital norcoreana, como había ordenado el difunto líder en la víspera de su muerte, que tuvo lugar el pasado sábado 17 de diciembre.

“Vendedores y ciudadanos prorrumpieron en sollozos en las tiendas de la capital este viernes”, afirmó el periódico. AFP