Las niñas siamesas nacidas en una clínica en Sincelejo, murieron ayer como consecuencia de una falla pulmonar.
Precisamente, el médico que estuvo al frente del caso, Wilmer Alonso Pérez, había señalado pocas horas antes en Radio Santa FE que era inevitable el deceso de las niñas, debido a las complicaciones pulmonares que tenían y a la imposibilidad de separarlas, por estar unidas por el tronco y el abdomen, aunque cada una tenía su cabeza y cerebro independiente.
El médico dijo en Radio Santa Fe que las bebés, que nacieron por cesárea el jueves pasado, solo tenían dos piernas y dos brazos, pero eran dos mentes y dos sicologías distintas.
Añadio que se libraba una árdua y dura batalla para mantenerlas vivas, pero subrayó que era inevitable su muerte.
Las niñas Dulce María y María Angélica Mendoza, hijas de Yorlibeth Altamar, de 22 años, y Antonio Ocón Aparicio, un pescador de 23 años, fallecieron por una problema pulmonar, señaló el medico Wilmer Alonso Pérez, pediatra de la Clínica de la Sabana en la ciudad de Sincelejo .
Dijo que Dulce María y María Angélica presentaban un corazón muy especial, ya que tenía 6 cámaras: tres aurículas y tres ventrículos. Lo normal es que tenga cuatro cámaras: dos aurículas y dos ventrículos, explicó.
Agregó que los 3 primeros días de vida de las bebés el corazón toleró, pero el cuarto y quinto día mostró síntomas de cansancio y debilidad, lo que no le permitió satisfacer la necesidades del cuerpo.
Añadio que las bebés “pelearon hasta el último minuto por sobrevivir”, pero subrayó que lamentablemente su condición hacía difícil su manejo y sobrevivencia.