Desde el pasado domingo presos del centro penitenciario Yare, en el estado de Miranda (norte), mantienen secuestradas a unas mil familias entre los cuales se calcula que hayan unos 1.500 niños.

Los reos buscan con la medida presiónar al Gobierno de Hugo Chávez para que realice mejoras en el sistema judicial y penal venezolano.

En plena visita familiar, los reclusos declararon el secuestro el domingo a las 13.30 horas.

Según el diario local ‘Últimas Noticias’, la mayoría de las personas retenidas son familiares de los reos, entre los que se cuentan sus hijos y hermanos de edades comprendidas entre uno y 13 años.

De momento se desconoce el estado de salud de los secuestrados, ya que los reclusos no han permitido ingresar a los organismos de emergencia.

Los presidiarios han dejado claro que pondrán fin al secuestro cuando la ministra de Asuntos Penitenciarios, Iris Varela, decida presentarse en el penal a dialogar con los presos en protesta.

«Ninguno de nuestros familiares e hijos saldrá del penal, hasta que venga la ministra Varela a conversar pacíficamente con nosotros», han advertido los internos de los pabellones I y II de la cárcel de Yare, divulgado por ‘Últimas Noticias’.

«Esto es una medida de presión para que los Fiscales del Ministerio Público y los jueces de los Tribunales aceleren los procesos judiciales ofrecidos a mediados del mes de diciembre», han manifestado los presos.

Los malos tratos por parte de los guardias del recinto, así como por el retraso en sus procesos judiciales, son algunos de los motivos por los cuales se quejan los reclusos.

Yare, ubicada a pocos kilómetros de Caracas, es considerada una de las prisiones más conflictivas del país y fue donde estuvo preso un tiempo Chávez, tras el fallido golpe de Estado que lideró en 1992 contra el entonces mandatario Carlos Andrés Pérez.