Cientos de habitantes huyeron el sábado de sus hogares en el noreste de Nigeria después de un nuevo ataque de islamitas, que mataron a 15 cristianos de la tribu igbo en la localidad rural de Mubis.

Esta mortífera escalada hace temer una generalización de la violencia religiosa en este país de 160 millones de habitantes, el más habitado de África. En el sur predomina la religión cristiana y el norte es mayoritariamente musulmán

Las autoridades investigan el asesinato realizado durante una reunión de feligreses, aunque sospechan de los miembros del grupo radical islámico Boko Haram.

Días atrás los extremistas dieron un término de 72 horas a los cristianos para abandonar Yobe, estado agrícola antes parte de Borno, pero las rivalidades étnicas impusieron su división.

Boko Haram reivindicó tres atentados con bomba perpetrados el miércoles en Damaturu y Maiduguri (noreste), donde las autoridades declararon estado de emergencia.

Los ataques son «una respuesta al fin del ultimátum que hemos dado a los cristianos para que dejen el norte», dijo a la prensa Abul Qaeda, en nombre de la organización radical islámica.

El gobierno del presidente Goodluck Jonathan responsabiliza a esa secta de la ola de violencia contra los cristianos sobre todo en la última Navidad que causó 49 muertos por sucesivas explosiones en iglesias del centro y noreste nigeriano.

Santa Fe con agencias