Aseguran que acercó el buque a la costa para relizar el tradicional saludo náutico, pero “cometió errores de juicio”. El capitán, ya detenido, desmintió que haya sido el primero en abandonar el barco.
Mientras las autoridades continúan con la investigación para determinar las causas del accidente que provocó el encallamiento del crucero, la empresa Costa Cruceros salió a dar su opinión sobre el hecho. Y lo hizo de manera contundente.
A través de un comunicado, reconoció que el comandante del navío había “cometido errores de juicio” y “no había seguido el procedimiento” previsto en una situación de emergencia.
“La Justicia, con la que colabora Costa Cruceros, ordenó la detención del comandante, sobre el que pesan acusaciones graves”, recuerda la compañía en la misma nota.
Al parecer, el capitán del barco, Francesco Schettino, quiso cumplir con una vieja y peligrosa costumbre de los cruceros: acercar el buque a la costa de los pueblos para que los pasajeros saquen fotos y los vecinos de tierra saluden a los visitantes. El problema habría sido un error de cálculo, y el capitán habría perdido el control, encallando la nave.
Schettino, claro está, se defendió de las acusaciones. Afirmó que la zona del accidente no está marcada en los mapas como peligrosa, y lo explicó: “En la carta náutica se indica que allí había agua. Nosotros estábamos a 300 metros de las rocas, así que, supuestamente, no había una piedra allí”.
Pero el problema de Schettino no pasa sólo por el choque, sino por cómo se manejó después, con el accidente consumado y el barco hundiéndose lentamente.
El capitán del crucero se defendió de los que lo acusan de haber huido de la nave antes que los demás: “Fuimos los últimos en dejar el barco”.
El naufragio del Costa Concordia, tras haber chocado contra una roca a poca distancia de la costas de la isla de Giglio, causó 5 muertos, unos sesenta heridos y 17 personas desaparecidas.
Santa Fe con agencias