La leche es el primer alimento que recibe el hombre desde el momento que nace y a lo largo de la vida. Constituye junto con sus derivados un alimento indispensable en la dieta en la mayoría de las culturas y civilizaciones. Esto es debido a su calidad nutritiva, ya que son considerados alimentos completos que aportan prácticamente todos los nutrientes. Además, ahora los lácteos son alimentos funcionales por excelencia, es decir que poseen efectos beneficiosos para la salud adicional a la que dan sus nutrientes.
La doctora Belinda Vallejo Córdoba, investigadora del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A.C., de México, expuso en el Quinto Congreso Internacional de la Industria Láctea organizado por Asoleche en Bogotá, los beneficios del consumo de la leche y derivados en todas las etapas de la vida del ser humano.
Que pasa con la baja en el consumo de leche a pesar de todas estas bondades?
La respuesta es que el alto consumo de bebidas carbonatadas y otras bebidas azucaradas aunadas a la desinformación ha dado como resultado diferentes mitos sobre su consumo tales como:
La leche es solo para el consumo de los niños
Los intolerantes a la lactosa no pueden consumir productos lácteos
La leche causa alergia y cólicos
Las bebidas a base de soya son mas nutritivas que la leche
El consumo de leche y sus derivados aumenta el riesgo a padecer sobrepeso, obesidad, hipertensión, enfermedades cardiovaculares y diabetes.
“No hay nada mas equivocado que todas estas aseveraciones. Por el contrario, la realidad es que el consumo de leche y derivados trae múltiples beneficios para la salud humana a lo largo de toda la vida”, afirmó la doctora Vallejo. Explica que la leche, el yogurt y el queso, contienen altos contenidos de calcio, y cantidades importantes de otros nutrientes tales como potasio, magnesio, zinc, vitamina D y proteína que tienen propiedades importantes para promover la buena salud de los huesos. De manera que la mejor manera de aportar estos nutrientes, es con el consumo de 3 porciones diarias de lácteos, no solo por su contenido de calcio sino por el conjunto de nutrimentos que estos aportan. Las bebidas fortificadas de soya no constituyen una fuente de calcio comparable a la leche, ya que los nutrimentos no se encuentran tan biodisponibles.
En cuanto a la intolerancia a la lactosa de la leche es un problema que presentan algunas personas y se refiere a la aparición de síntomas gastrointestinales asociados a la digestión incompleta de la lactosa. Afortunadamente, no es necesario eliminar el consumo de leche y productos lácteos por este problema, sino la solución es experimentar con consumir pequeñas cantidades de leche y diferentes tipos de lácteos que no contienen lactosa, entre estos últimos están los deslactosados. Por otro lado, una condición a menudo confundida con la intolerancia a la lactosa, es la alergia a la leche que se presenta tan solo en el 1-3% de los niños; en este caso si es necesario eliminar completamente la leche de la dieta, sin embargo, la buena noticia es que el 85% superan la alergia cuando llegan a la edad de 4 años.
Otra condición que se presenta son los cólicos en niños menores de un año, sin embargo esto se debe a que su sistema gastrointestinal no está lo suficientemente maduro, por lo que se recomienda el consumo de leche materna y/o fórmula para antes del primer año de vida.
La doctora Vallejo sostiene que el consumo de tres porciones de productos lácteos diarios acelera la pérdida de peso y porcentaje corporal de grasa en una dieta restringida en calorías. Esto mismo resulta en pérdida de porcentaje corporal de grasa en individuos obesos, aún sin una dieta restringida en calorías. Algunos estudios afirman que la vitamina D y el calcio presentes en los productos lácteos son los que ayudan a disminuir el riesgo de padecer obesidad. Sin embargo, el mecanismo de este efecto benéfico se debe a múltiples compuestos bioactivos presentes en los lácteos. Se ha demostrado que el consumo de lácteos suprime la ingesta de alimentos ya que incrementan la saciedad. La mayor evidencia apunta a que son las proteínas de la leche las que tienen este efecto, sin embargo el efecto de la grasa y la lactosa no puede ser descartado. Por lo anterior, el desarrollo de alimentos lácteos funcionales orientados a prevenir obesidad parece ser muy promisorio para la industria.
Además, se ha demostrado que la ingesta de productos lácteos ayuda a disminuir la presión arterial debido al contenido de calcio, potasio y magnesio presentes. Una ingesta inadecuada de calcio ocasiona una mayor resistencia vascular y en consecuencia un aumento de la presión arterial. Por otro lado, el consumo de leches fermentadas que contienen péptidos bioactivos específicos reducen la presión arterial de en personas hipertensas. Estudios científicos han mostrado que a mayor consumo de leche y sus derivados, menor es el riesgo de padecer diabetes mellitus 2. Algunos componentes de los productos lácteos también tienen un efecto protector contra cáncer de colon, de próstata y de seno.
Toda la evidencia científica acumulada hasta ahora exhaltan el gran potencial de los productos lácteos en el mercado de los alimentos funcionales, ya que la leche y sus derivados son un cluster natural de nutrientes que protegen a la salud y mejoran el sistema inmune.
La investigadora concluyó que los estudios publicados en revistas científicas con reconocimiento internacional evidencian los múltiples beneficios de la ingesta de la leche y los productos lácteos durante todo el ciclo de vida de los humanos. En contraposición, no hay respaldo científico que avale los mitos relacionados con el consumo de leche y productos lácteos.