El patrullero de la policía metropolitana Wilmer Antonio Alarcón Vargas no aceptó los cargos de homicidio agravado imputados por la fiscalía por el asesinato del grafitero Diego Felipe Becerra.

En la audiencia, a la cual no se permitió la entrada de periodistas y se realizó a puerta cerrada en el juzgado 54 de garantías de Bogotá, el policía Alarcón Vargas se declaró inocente, pero la fiscalía pidió medida de aseguramiento en su contra por considerarlo un peligro para la sociedad y por considerar que podría obstruir el proceso judicial.

Como se sabe, el joven grafitero Diego Felipe Becerra fue muerto de un disparo que le hizo el patrullero Alarcón Vargas, en confusos hechos registrados el 19 de agosto de 2011 al norte de la capital de la república.

El policía aseguró que Becerra había participado en el atraco a una buseta y que le disparó cuando este trató de atacarlo con un arma que llevaba en su morral.

Sin embargo, testigos del hecho señalaron que el muchacho estaba pintando un grafitis en el puente de la 163 con avenida Boyacá y cuando advirtió la presencia de los policías emprendió la huida y uno de los uniformados le disparó.

Medicina Legal confirmó que el joven recibió el tiro por la espalda.
La defensa del grafitero acusó además a la policía de haber modificado la escena del crimen para justificar la actuación del patrullero Wilmer Antonio Alarcón.