Unas 93.000 personas se han visto afectadas por el seísmo, de las que 32.860 están hacinadas en centros de evacuación.
Las autoridades filipinas elevaron hoy a 69 el número de muertos en el terremoto de 6,7 grados en la escala abierta de Richter que golpeó el lunes a la isla de Negros en la región central del archipiélago, mientras las malas condiciones climatológicas complican las tareas de rescate.
El director del Centro Nacional de Prevención de Desastres, Benito Ramos, declaró a los medios que 41 cuerpos han sido recuperados en la provincia de Negros Oriental.
Tanto el Ejército como el alcalde de la localidad de Guihulngan, Ernesto Reyes, han descartado que 28 personas que continúan sepultadas en esta población puedan seguir con vida.
Tras casi una semana del primer seísmo, también se desvanecen las esperanzas de hallar algún superviviente de las 39 personas enterradas por una montaña de tierra y escombros por otro alud ocurrido en el pueblo de La Libertad.
Las operaciones de rescate se están viendo obstaculizadas por fuertes réplicas y las intermitentes lluvias que amenazan con causar más deslizamientos de tierra, indican las autoridades locales.
El viernes pasado, dos lugareños que habían quedado atrapados en su vivienda derruida en el municipio de Guihulngan fueron rescatados y trasladados de inmediato en helicóptero al hospital de la ciudad de Dumaguete.
Cerca de 2.000 soldados han sido desplegados en la zona para participar en las labores de rescate y entregar víveres a la población.
Más de 93.000 personas se han visto afectadas por el seísmo, de las que 32.860 están hacinadas en centros de evacuación.
EFE.