Internacional

Autoridades hondureñas inician la identificación de 355 presos muertos

Médicos forenses de Honduras, apoyados por expertos internacionales, iniciaron este jueves la labor de identificación de los cuerpos de 355 reos que murieron atrapados en el trágico incendio ocurrido en el penal de Comayagua, en el centro del país.

Tres contenedores refrigerados transportaron a la Morgue de Tegucigalpa la totalidad de los cadáveres desde la cárcel de Comayagua, 90 km al norte de la capital, donde ocurrió entre la noche del martes y madrugada del miércoles la peor tragedia en una cárcel en el mundo en la última década.

“Esa es la totalidad traída desde el centro penal. No quedó más allá. Anoche ingresaron 115 cadáveres y luego en la madrugada 238, más dos que fallecieron en el Hospital Escuela, son un total de 355 los ingresados” a la morgue, confirmó a la AFP el portavoz del Ministerio Público (MP), Melvin Duarte.

Frente al edificio de la morgue, en el este de Tegucigalpa, familiares desesperados aguardaban la entrega de los cuerpos, tras haber sido trasladados en autobuses desde Comayagua y albergados en la capital en locales públicos, constataron periodistas de la AFP.

“Justicia”, “justicia es lo que queremos”, “los guardias los dejaron morir”, gritaba la hondureña Angelina Raudales, de 62 años, quien acudió a la morgue judicial en busca del cadáver de su esposo.

En tiendas de campaña, empleados de la fiscalía recibían información de los familiares acerca de nombres, características físicas y tatuajes de las víctimas para facilitar las labores de identificación.

La labor de los expertos se tornaba muy difícil debido a que muchos cuerpos estaban carbonizados. Muchos reos murieron calcinados abrazados a los barrotes de las celdas, otros asfixiados por el humo o ahogados al lanzarse a pilas de agua del penal, según testimonios recabados por la AFP.

“Este es un proceso largo, pero tenemos la cooperación de países amigos, llegan expertos, odontólogos, forenses, de Chile, Estados Unidos, Guatemala, El Salvador y otros países”, afirmó el ministro Pompeyo Bonilla, desde la granja penal donde ocurrió el incendio.

En Comayagua, más de 400 reos que sobrevivieron al siniestro permanecían en los patios y celdas que no se quemaron del penal, para ser posiblemente trasladados a un área próxima mientras se rehabilitan nuevos módulos para los reclusos.

“Es una tragedia lo que ocurrió aca, pedimos a los familiares su comprensión pues no sabemos cuándo vamos a poder tener certeza de la identidad de cada una de las víctimas, serán necesarias pruebas de ADN”, dijo Pompeyo.

Las autoridades investigan dos hipótesis del origen del fuego: un cortocircuito o un incendio intencional de un colchón por parte de un reo con aparentes fines suicidas.

Las autoridades investigaban denuncias de negligencia durante el incendio, hechas por organismos de derechos humanos con base en testigos y testimonios de sobrevivientes.

Distintos relatos aseguran que los custodios demoraron el ingreso de los bomberos, otros señalan que los guardias no atendieron a los llamados de auxilio de los reclusos e incluso hay testimonios acerca de disparos al aire de los guardias cuando algunos reos pudieron salir de sus celdas.

Una comisión especial, encabezada por la Fiscalía y la Dirección de Investigación Criminal, realiza las investigaciones, precisó a la AFP el portavoz de la Policía Nacional, Iván Mejía.

“Esta investigación puede llevar meses. No es cierto que haya habido obstrucción o negligencia, el ingreso (de los bomberos) fue casi de inmediato, no es cierto que hubo demora”, comentó Mejía.

El presidente Porfirio Lobo de inmediato ordenó la separación temporal de sus cargos de los funcionarios responsables del área de prisiones para impedir interferencias en la investigación de una tragedia que mantiene al país bajo estado de conmoción.

La prisión, una granja donde los reos cultivan hortalizas y crían animales domésticos, albergaba a 852 reclusos -el doble de la capacidad del presidio- y el 60% -según la Corte Suprema de Justicia- no había recibido aún condena, acusados de pandillaje, secuestros, homicidios y otros delitos.

Honduras es considerado el país más violento del mundo, con una tasa de homicidios anual de 82 casos cada 100.000 habitantes. El narcotráfico lo ha transformado en ruta clave para el trasiego de droga hacia Estados Unidos y además sufre el azote de las ‘maras’ (pandillas). AFP