Salud

Pediatras actualizan conceptos sobre cómo tratar la fiebre

El pasado 18 de febrero se presentó en la capital del departamento de Bolívar el Consenso Colombiano de Pediatría “Abordaje inicial del niño con fiebre”. El documento recoge las conclusiones de la reunión de expertos realizada en Bogotá en noviembre del año pasado y en la que participaron reconocidos especialistas de varias ciudades del país.

El Dr. Hernando Villamizar Gómez, presidente de la Asociación Latinoamericana de Pediatría y ex presidente de la Sociedad Colombiana de Pediatría, comenta que decidieron trabajar en este consenso porque la fiebre es una de las causas de consulta infantil más comunes, produce mucho temor en los padres y en la mayoría de los casos se afronta y trata de forma incorrecta: “La fiebre es mal manejada porque no se entiende su significado e importancia.

Por eso la finalidad de este consenso es compartir con los profesionales de la salud y la comunidad una guía actualizada sobre lo que debe hacerse cuando un niño presenta temperatura alta y aclarar cuál es el mejor manejo y tratamiento de esta sintomatología”.

Uno de los puntos que enfatiza el especialista es que la fiebre no es una enfermedad. “El aumento de la temperatura es un signo, que traduce que el organismo está combatiendo una enfermedad o una infección, y en ese sentido es una señal positiva porque indica que el sistema inmune está protegiendo de una agresión”.

Por ello, advierte el pediatra, ante un cuadro febril lo más importante es buscar la causa de la alteración y tratar de disminuir el malestar del niño. “El enfoque del manejo y la medicación no debe estar dirigida a quitar la fiebre, sino a procurar que el niño se sienta mejor”.

El documento recomienda a los padres y profesionales de la salud analizar las características y presentaciones de los antipiréticos de venta libre, pues su correcta formulación dependerá de la edad, el estado físico y la historia clínica del paciente.

Por ejemplo, el ibuprofeno debe utilizarse en mayores de 6 meses, su efecto dura entre 6 y 8 horas, y también ayuda a disminuir las inflamaciones. El acetaminofén no tiene efecto antiinflamatorio y su acción se prolonga de 4 a 6 horas, pero puede administrarse en niños menores siempre que no padezcan insuficiencia hepática. También, eventualmente y sólo con indicación médica, se pueden emplear fármacos que contengan dipirona, ketoprofeno y nimesulida, pero está contraindicado el uso del ácido acetilsalicílico (aspirina).

La Dra. María Cristina Angulo, Jefa de Urgencias Pediátricas de la Fundación Santa Fe de Bogotá, asegura que la finalidad del consenso es ofrecer información confiable a padres y médicos: “La fiebre es un mecanismo normal de defensa y se dispara para activar todo el sistema inmune. Si se bloquea, puede facilitar que los gérmenes sigan proliferando y no se envían las señales adecuadas al sistema inmunológico, haciendo que se prolongue más la enfermedad”.

Afirma que, a menos que el niño sea menor de 3 meses, no hay que alarmarse y acudir a la sala de urgencias inmediatamente, sino dejarla que actúe. “Cuando supere los 38,5° sí se aconseja darle algún antipirético”, subraya la pediatra.

Además, puntualiza que la fiebre por sí misma no ocasiona secuelas a los pacientes: “Muchas veces se piensa que la fiebre puede dejarlos sordos, causarles meningitis o provocarles daños neurológicos, pero eso no es cierto. La fiebre como síntoma no tiene más repercusiones que el malestar que causa, excepto en la hipertemia maligna donde se alcanzan temperaturas cercanas o superiores a 42°C”.

Por último, la Dra. Angulo recomienda mantener a los pacientes hidratados y consultar al médico si la fiebre se ha mantenido alta (encima de 38,5°C) por más de 24 horas o 36 horas, si el bebé es menor de 3 meses, si se observa intensa y prolongadamente decaído, o si presenta señales de alarma como dificultad para respirar, dolor de oído, sangre en las deposiciones y molestias al orinar.

Mitos y realidades sobre el manejo de la fiebre
Por lo general, el aumento de la temperatura es innocuo para los pacientes y es una respuesta normal del organismo contra una agresión causante de enfermedad. El bloqueo innecesario de este síntoma puede impedir la activación adecuada del sistema inmune. Por tanto, la recomendación de los pediatras es aprender a manejarla de una manera racional.

La Dra. María Cristina Angulo Acero, Jefa de Urgencias Pediátricas de la Fundación Santa Fe de Bogotá, responde algunas de las inquietudes más frecuentes sobre este tema.

Mito

Realidad

 La fiebre es una enfermedad

 La fiebre es un síntoma que indica que el sistema inmune se ha activado y se está  defendiendo de una amenaza, generalmente una infección.

Está establecido  que un niño tiene fiebre cuando su temperatura es superior a los 37,5°C.

 El parámetro depende de la edad de los pequeños. Si son recién nacidos o menores de 3 meses, se considera que tienen fiebre cuando la temperatura rectal  es superior a los 38°C y en niños mayores, cuando la temperatura axilar es mayor a 38°C. Se habla de fiebre alta cuando los valores están por encima de los 39,5°C.

Debe hacerse todo lo posible por bajar la fiebre ante el primer episodio de subida de temperatura

ü   En niños mayores de 3 meses, que no presenten ninguna complicación de salud como enfermedades del corazón, se debe dejar que la fiebre actúe, porque esta ayuda a combatir los gérmenes. Si el niño tiene mucho malestar o la temperatura se  encuentra por encima de los 38,5°C y está asociada a una marcada incomodidad sí es aconsejable tratarla.

Se debe acudir a consulta médica o urgencias apenas se inicia la fiebre

ü   Cuando el bebé tiene menos de 3 meses, siempre se debe consultar. No obstante, para niños mayores la recomendación de los especialistas es consultar al pediatra si la fiebre se mantiene alta (encima de 39°C) por más de  24 a 36 horas,  si el paciente está muy decaído o si se manifiesta otros síntomas llamativos como molestias al orinar, dificultad para respirar, dolor de oído o sangre en la deposición.

Para bajar la temperatura se sugiere bañar a los niños con agua fría y colocarles bolsas de hielo en la frente

ü   No se recomienda bañarlos, esto ocasiona cambios bruscos de temperatura y mayor malestar. Se deben dejar ligeros de ropas, hidratarlos por vía oral y abanicarlos.

 Se recomienda dar a los niños  fármacos a base de ácido acetilsalicílico (aspirina) para bajar la temperatura

  El Consenso Colombiano de Pediatría sobre cómo tratar la fiebre enfatiza que los medicamentos indicados en el país para disminuir la fiebre son el ibuprofeno y el acetaminofén. Está expresamente contraindicado  proporcionar aspirina a los menores de 18 años, porque les puede causar una complicación conocida como síndrome de Reye en la que se inflaman el cerebro y el hígado.

  Los medicamentos compuestos por ibuprofeno y acetaminofén son iguales

  Si bien ambos son eficaces para aliviar el dolor y bajar la fiebre, el ibuprofeno y el acetaminofén son principios activos diferentes.

El ibuprofeno está indicado para niños mayores de 6 meses,  su efecto dura entre 6 y 8 horas, y también ayuda a disminuir las inflamaciones, que en muchos casos son las responsables de que el paciente presente dolor (por ejemplo, en enfermedades como la amigdalitis y la otitis).

El acetaminofén no tiene efecto antiinflamatorio y su acción se prolonga de 4 a 6 horas, pero puede administrarse en niños menores siempre que no padezcan insuficiencia hepática.

Los antibióticos son los medicamentos más eficaces para disminuir la fiebre

La mayoría de infecciones en los niños son virales y los antibióticos no están indicados en esos casos. Estos medicamentos sólo se deben suministrar cuando el médico los indique. De lo contrario, las defensas de los niños son las que logran eliminar los virus, por lo cual hay que ofrecerles alimentos naturales saludables para fortalecer su sistema inmune.

El termómetro de mercurio es el instrumento más recomendado por los pediatras para medir la temperatura

Aunque el termómetro de mercurio es el más exacto, los especialistas actualmente desaconsejan su uso por la contaminación ambiental que provoca. Si es desechado de forma inadecuada y el metal entra en contacto con el agua se transforma en metilmercurio. Esta sustancia se acumula en los peces y luego en los humanos que se alimentan de ellos y puede ocasionar daños neurológicos  irreversibles parecidos a la parálisis cerebral.

ü   Tampoco se deben usar las bandas  o tiras plásticas, ni termómetros de oído para medir la temperatura, pues son muy imprecisos. En su lugar, los especialistas sugieren emplear termómetros digitales a nivel axilar.

Hay que obligar a los niños a comer, porque de lo contrario pueden debilitarse más

 Si el niño no desea comer, es mejor no forzarlo. Lo importante es mantenerlo hidratado, para lo cual se le puede ofrecer agua, jugos naturales, soluciones de electrolitos, caldos o sopas. Se debe evitar el consumo de bebidas que contengan cafeína, como el té o las gaseosas de cola, porque pueden contribuir a que se deshidraten.

Es deseable que los niños con fiebre permanezcan bien abrigados

  El exceso de ropa o abrigo puede subir la temperatura corporal. Es preferible vestirlos con ropa ligera y arroparlos con una manta delgada. Así mismo, la habitación donde descansen debe ser fresca. 

 La fiebre alta causa que el niño convulsione

 La mayoría de los niños no convulsionan aunque presenten fiebre alta, pues ese tipo de crisis está más asociado a la predisposición genética que a la temperatura.

Las convulsiones ocasionan secuelas permanentes a los pacientes, como sordera, parálisis y daño neurológico

Las convulsiones febriles simples no dejan secuelas neurológicas, incluso si se repiten. Sin embargo si se presentan,  el niño debe ser evaluado por un especialista.