–El primer ministro ruso, Vladímir Putin, proclamó hoy su triunfo en las elecciones presidenciales de este domingo, cuando apenas se han dado resultados parciales.
“Hemos ganado en una batalla abierta y honesta”, expresó Putin, con lágrimas en los ojos, según imágenes difundidas en directo por la televisión rusa.
El hombre fuerte de Rusia ganó en las presidenciales del domingo con 63,42% de los votos, una vez escrutadas las papeletas de 30% de los colegios electorales, anunció la comisión electoral rusa.
El comunista Guenadi Ziuganov llegó en segunda posición con 17,25% de los votos. En tercer lugar quedó el millonario Mijaíl Projorov con 7,29%, casi empatado con el populista Vladimir Zhirinovsky (7,19%).
Un sondeo realizado a boca de urna por el instituto Vtsiom otorgaba el 58,3% de los votos a Putin.
En tercera posición, el populista Vladímir Zhirinovsky (8,0%) supera al multimillonario Mijaíl Prójorov (7,5%) y al centrista, próximo al Kremlin, Serguei Mironov (3,67%).
Estas cifras fueron difundidas a las 9:00 pm tras el cierre de los últimos colegios electorales en Kaliningrado, enclave ruso entre Polonia y los países bálticos.
Ziuganov estimó que la elección presidencial fue “un robo, absolutamente deshonesta e indigna”. “No reconocemos estas elecciones”, agregó.
Para Vladímir Rijkov, uno de los organizadores de las manifestaciones opositoras de diciembre, “estas elecciones no se pueden considerar legítimas”. “Mañana por la mañana habremos contabilizado 20.000, 30.000 casos de fraude”, denunció en la televisión estatal.
Sin embargo, para el jefe de la campaña de Putin, Serguei Govorujin, “esta victoria en la primera vuelta era evidente”. “No habrá una segunda vuelta”, sentenció, citado por la agencia Interfax.
La tasa de participación se situó en 58%, según las cifras provisionales de la comisión electoral.
Unos 109 millones de electores estaban convocados a las urnas en Rusia, un país con nueve husos horarios.
Putin podría aparecer en la fiesta organizada por la noche al lado del Kremlin para festejar la victoria. Más de 110.000 simpatizantes del ex agente del KGB (agencia central de inteligecia soviética) se habían concentrado ya en los alrededores del edificio que acoge la presidencia rusa, según la policía.
Unos 36.000 soldados y agentes de las fuerzas de seguridad fueron desplegados en las calles de la capital para evitar incidentes.
Ningún grupo de la oposición convocó oficialmente manifestaciones para el domingo por la noche.
La oposición convocó una gran concentración para el lunes por la noche en la plaza Pushkin, en el centro de la capital, que permitirá medir la evolución del movimiento de contestación contra el régimen.
Una coalición de liberales, nacionalistas y personalidades de la cultura y de los medios de comunicación movilizó en los últimos tres meses a decenas de miles de personas en manifestaciones en Moscú y en otras ciudades del país con el lema “Rusia sin Putin”.
Representantes de algunos candidatos, opositores, las organizaciones de observación electoral Golos y la Liga de Electores, así como medios independientes señalaron numerosos fraudes en las elecciones.
La página en internet control2012.ru, que registra las infracciones observadas por la Liga de los Electores, el partido Iabloko y los partidarios de Projorov, había contado unas 4.500 irregularidades, incluidos 327 casos de “transporte masivo de electores” para que voten en grupo y 103 casos de urnas con votos falsos.
Un periodista vio en la plaza Bolotnaya de Moscú a más de un centenar de autobuses que llevaron a la capital a miles de jóvenes procedentes de otras regiones, quienes reconocieron que votarían por Putin.
El jefe de la comisión electoral de Moscú, Valentin Gorbunov, rechazó las acusaciones, estimando que quienes las formulaban probablemente habían sido pagados, retomando el discurso del poder que acusa a la oposición de estar financiada por Occidente.
“Todo esto son habladurías. Tengo la impresión de que les han pagado”, dijo, según Interfax.
El poder había asegurado que los comicios serían libres y democráticos, después de que las falsificaciones denunciadas en las legislativas de diciembre desencadenaran una oleada de protesta sin precedentes desde 2000.
Putin, presidente entre 2000 y 2008, dejó el Kremlin para ser primer ministro porque la Constitución le impedía efectuar más de dos mandatos consecutivos.
Propulsó entonces a la jefatura del Estado a su subordinado Dimitri Medvedev, que en septiembre pasó a un segundo plano para que su mentor pudiera volver al Kremlin en 2012.
Una reforma constitucional elevó de cuatro a seis los años de mandato, de modo que Putin podría presentarse de nuevo en 2018 y permanecer así en el poder hasta el 2024.
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