El apartamento del exministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias, fue comprado con sus ahorros y el producto de la venta del primer apartamento que tuvieron cuando se casaron.
Así lo revela Catalina Serrano, esposa del exfuncionario, investigado por el escándalo de Agro Ingreso Seguro, en una carta enviada al director de la revista Semana, Alejandro Santo.
La misiva fue enviada luego que Daniel Coronell, en una Columna de opinión cuestionara el origen de los recursos con los cuales la pareja adquirió un apartamento en Bogotá.
El siguiente es el texto de la carta:
“Mi única intención al enviar esta carta es la de poder aclarar a la opinión pública que lee semanalmente la Revista, la situación real de la compra de mi apartamento familiar, así como del reciente abono al crédito hipotecario del mismo, a los cuales hace referencia el columnista Daniel Coronell en la publicación FINCA RAÍZ del 10 de marzo de 2012.
Gracias a Dios y a la posibilidad que tuve de formarme profesionalmente como Administradora de Empresas, para luego especializarme en Negocios Internacionales, he tenido la fortuna de desempeñarme laboralmente en cargos bien remunerados en el sector financiero desde el año 1999. Gracias a ello y a mi disciplina de ahorro, he podido acumular un capital (mi apartamento) y un ahorro programado destinado a mis pensiones voluntarias, como seguramente lo hacen todas las personas que tienen esta oportunidad.
Por esto, no me es difícil explicar que los recursos con los que se pagó la cuota inicial del apartamento que aún está hipotecado al Banco Davivienda corresponden mayoritariamente a los ingresos devengados por mi gestión laboral y a la venta de nuestro primer apartamento de familia.
En cuanto al abono que realicé al crédito hipotecario a principios de año, después de estar durante 7 meses intentando arrendarlo para liberar costos mensuales que me estaban agobiando y no poderlo hacer, dado que me rechazaron en dos oportunidades por ser la esposa de Andres Felipe Arias, decidí, para efectos de bajar la cuota mensual, hacer uso del único ahorro que tenía destinado a usar el día que me pensionara: mis pensiones voluntarias.
Hasta donde tengo entendido, eso no constituye delito alguno. Por lo tanto, con la misma tranquilidad con la que redacto esta carta, entregué desde el martes pasado toda la información que soporta dichos movimientos al Banco Davivienda. Documentos que espero sean examinados por los entes de control, y que con gusto hubiera enseñado al columnista y a quien en la Contraloría comenzó esta desinformación, si me hubieran contactado”.
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