Quito iniciará la construcción de su primera línea del metro subterraneo en el segundo semestre de este año, anunció hoy su alcalde, el médico Augusto Barrera quien aseguró que la obra terminará en el 2016 con 15 estaciones distribuidas a lo largo de 23 kilómetros.
Barrera reveló que la obra del metro quiteño demandará una inversión de 1.400 millones de dólares y explicó, en diálogo con periodistas, que el gobierno del presidente socialista Rafael Correa aportará unos 700 millones de dólares.
Edgar Jácome, gerente de la Unidad de Negocios del metro de Quito aseguró que el resto será cubierto por la Administración Metropolitana mediante tres préstamos del Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Europeo de Inversión y la Corporación Andina de Fomento (CAF).
El metro demorará 34 minutos para cruzar a Quito desde Quitumbe, en el extremo sur, hasta el Labrador cerca del actual aeropuerto Mariscal Sucre, en el norte, que son las dos terminales centrales del sistema. “Se espera que el metro movilice unas 400 mil personas al día”, dijo Jácome.
Según información suministrada por el municipio y recogida por la agencia estatal Andes: “Quito es una típica capital suramericana que ha superado los 1,6 millones de habitantes, soporta flujos migratorios del resto del país, tiene un crecimiento acelerado en edificios y el parque automotor colapsa sus vías; pero además, su topografía la convierte en una urbe especialmente problemática para la movilidad”.
La capital del Ecuador, enmarcada en el callejón andino, tiene 40 kilómetros de largo, pero promedia los siete kilómetros de ancho; las partes más angostas apenas cubren cuatro kilómetros.
“Todas las ciudades de América Latina tienen problemas en su movilidad y Quito no es una excepción, pero aquí se agrava por tener una larga meseta de casi 50 kilómetros, de las cuales tienen un ancho de tres o cuatro kilómetros”, comentó el alcalde, Augusto Barrera.
Algunos estimativos indican que por las vias quiteñas diariamente circulan unos 450 mil autos, 2.040 buses de transporte urbano, 113 buses alimentadores del Trolebús, que es el eje central, 74 buses articulados ecológicos en el eje occidental, y 120 por el eje oriental.
Cada pasajero, en promedio, utiliza tres viajes en bus diariamente y en la ciudad se movilizan 2,2 millones de personas cada día.
El corazón de la ciudad, la parte financiera que se ubica en el centro-norte, vive convulsionada. Policías de tránsito ceden el paso a las vías con más vehículos, en cada semáforo hay congestión, circular 20 kilómetros puede demorar más de 40 minutos, según Andes.
“No hay que solucionar el problema con parches”, advierte el alcalde Barrera, quien explica por qué esta metrópoli necesita llevar a cabo el Metro, su obra más importante.
En el centro histórico el problema de la movilidad es aun mayor y Barrera explica que si bien hay que mantener la zona en perfecto estado por ser un atractivo turístico y cultural, el sector de La Marín, un San Victorino de hace 20 años, es un obstáculo entre el sur y el norte de la ciudad.
En el centro histórico funciona el gobierno central, el palacio de Carondelet, sede del gobierno de Correa, la alcaldía municipal y la zona continúa siendo activa para el comercio.
Los turistas recorren iglesias, plazas y parques. La ciudad que era tradicional y conservadora ha cambiado en los ultimos 30 o 40 años, cuando apareció el ‘boom’ urbanístico promovido por el auge petrolero del Ecuador. Hay museos en la parte vieja pero el casco colonial es hermoso.
La idea del metro surgió hace unos dos años. Los estudios preliminares realizados por el Metro de Madrid, en coordinación con el Instituto Nacional de Preinversión, estudiaron varias alternativas,como la del tren ligero y la repotenciación del trolebús, pero concluyeron que “no son soluciones a largo plazo”.
Carlos Páez, subsecretario de movilidad del cabildo quiteño explica que el metro de Quito no será únicamente subterráneo, sino que constituirá el eje de un sistema integrado de todos los actores del transporte público.
La historia, según Andes, recuerda que el 25 de junio de 1908 llegó el primer tren a Quito que conectaba la capital con Guayaquil, en el oceano Pacífico. Agrega que el 8 de octubre de 1914 circularon 8 tranvías eléctricos, pero cerraron sus operaciones en 1948.? Una línea adicional de tranvías a gasolina conectaban Quito con Cotocollao (entonces era una aldea, ahora es un barrio del norte de la ciudad) desde el 22 de junio de 1923, pero cesó su actividad en 1928. El sistema de Trolebus opera desde 1996.
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